Claudina Navarro Walter, Fisioterapeuta y periodista
Lo más adecuado es tener unos buenos hábitos de descanso y sueño durante toda la semana, pero si aún no lo has conseguido, puedes aprovechar para dormir más horas las noches del viernes y el sábado.
Si cada noche te quedas
dormido nada más poner la cabeza sobre la almohada, necesitas un
despertador, por la mañana te despiertas todavía cansado o a lo largo
del día siguiente sientes somnolencia, es que no duermes lo suficiente.
CONSECUENCIAS DE NO DORMIR
LO SUFICIENTE
Cada día adquieres una "deuda
de sueño" que poco a poco está minando tu salud. La doctora
Elizabeth Klerman , experta en sueño del Hospital General de Massachusetts y
profesora de neurología en la Universidad de Harvard, explica que la
deficiencia de sueño produce efectos adversos sobre el estado de ánimo y
favorece la aparición de trastornos psiquiátricos, neurológicos, cardiovasculares,
obesidad e, incluso, cáncer.
hace que te sientas cansado
en el trabajo o en el aula,
Más allá de las
enfermedades, dormir poco, que no rindas lo suficiente y que tengas un mayor
riesgo de sufrir un accidente.
PRIMERO, RECONOCE QUE TE
FALTAN HORAS DE SUEÑO
La mayoría de personas no
duermen lo suficiente, pero no lo saben. Nos convencemos de que nuestros
hábitos de trabajo, entretenimiento y descanso son los adecuados para ir
tirando y no nos planteamos que quizá deberíamos renunciar a una hora
extra de trabajo, un rato de lectura o un capítulo de nuestra serie preferida a
cambio de dormir un poco más cada día.
Hace varios años, la doctora
Klerman realizó un estudio en el Brigham and Women's Hospital que señaló que
podemos dormir lo suficiente para estar razonablemente alerta en el trabajo y
no dejar que las cosas importantes pasen por alto en casa, pero eso no
significa que estemos descansados.
Una vez has reconocido que
necesitas dormir más, puedes empezar a
¿TE DUERMES AL PONER LA
CABEZA SOBRE LA ALMOHADA?
Klerman y sus colegas
encuestaron a un grupo de personas sobre los hábitos de sueño y sus creencias
acerca de cuánto necesitaban dormir. Luego durmieron esa cantidad cada noche
durante la semana antes de acudir al laboratorio. El primer día en el laboratorio
del sueño, se les realizó una "prueba de latencia múltiple del
sueño" en la que se pidió a la personas que se quedaran dormidas
en un plazo de 20 minutos. Casi todos los participantes se quedaron dormidos en
un tiempo récord.
“Algunas personas se
quedaron dormidas antes de que el técnico saliera de la habitación”, explica
Klerman. “El técnico dice: 'Trate de quedarse dormido', y luego sale de la
habitación, y cuando el técnico mira la pantalla [de monitoreo], los
participantes ya estaban dormidos. Dices que duermes lo suficiente, pero si
duermes lo suficiente, no deberías quedarte dormido tan rápido durante el día”.
PUEDES APROVECHAR EL FIN DE
SEMANA
Si el sábado y el domingo
por la mañana se te pegan las sábanas, es por algo. Los expertos de la Universidad
de Harvard te dan la razón, pues durante el fin de semana podemos
recuperarnos de la deuda de sueño.
Tu cuerpo quiere dormir cada
noche, con la mayor regularidad posible.
Por supuesto, no es una
cuestión matemática. Las horas de sueño que pierdes de lunes a viernes no se
recuperan en dos días.
Pero, mientras pones orden
en tus hábitos cotidianos, dormir unas horas más el fin de semana está muy
bien. La doctora Klerman asegura que la mejor estrategia es
descansar lo suficiente cada noche, pero para las personas que
trabajan muchas horas o utilizan parte de la noche para sus aficiones, los
fines de semana pueden ofrecer un respiro importante.
Till Roenneberg, profesor de
cronobiología en la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich y exinvestigador
asociado en Harvard, dice que dormir un par de mañanas puede ser una
forma importante de reducir la deuda de sueño.
CÓMO HACER UNA CURA DE SUEÑO
En el laboratorio de la
Universidad de Harvard comprobaron los efectos reguladores de una dosis
extra de sueño. Los participantes en el estudio tuvieron la
oportunidad de dormir hasta 16 horas por día: 12 horas por la noche y una
siesta de cuatro horas.
Para ello, estuvieron en la
cama, con las luces apagadas, sin libros y sin teléfono. En la primera noche,
los participantes supuestamente descansados durmieron
un promedio de alrededor de 12 horas y media. En la segunda
noche llegaron a las 11 horas. Después de cinco días, se estabilizaron
en un promedio de unas ocho horas, los más jóvenes un poco más y los
mayores un poco menos. Luego, repitieron la prueba de sueño latente. Esta vez,
casi nadie se durmió.
“Alentamos a las personas a
que duerman más las noches en que no tienen trabajo ni escuela al día
siguiente, si es posible, ya que la mayoría de las personas no duermen
lo suficiente en general”, asegura Klerman.
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