viernes, 9 de abril de 2021

LA OSTEOPATIA SACROCRANEAL


En este artículo vamos de desmitificar diferentes creencias sobre la osteopatía sacrocraneal;

MITO: La osteopatía craneal es diferente a otras osteopatías.

La osteopatía craneal utiliza los mismos principios osteopáticos que describió Andrew Taylor Still, el fundador de la osteopatía. Los osteópatas craneales desarrollan un sentido de la palpación muy desarrollado que les permite sentir movimientos sutiles y desequilibrios en los tejidos corporales y ayudar muy suavemente al cuerpo a liberarse y reequilibrarse. El tratamiento es tan suave que a menudo los pacientes no se dan cuenta de que está sucediendo algo. Pero los resultados de este tratamiento sutil pueden ser dramáticos y pueden beneficiar la salud de todo el cuerpo.

MITO: Los osteópatas craneales solo tratan la cabeza.

La osteopatía craneal recibió su nombre porque INCLUYE la cabeza y el resto del cuerpo. La osteopatía craneal no es un buen nombre para este enfoque de la osteopatía porque implica que los osteópatas craneales solo tratan la cabeza. En realidad, este enfoque es una forma muy sutil de palpar y tratar TODOS los tejidos corporales, y es igualmente eficaz y relevante para cada parte del cuerpo.


MITO: La osteopatía craneal es solo para bebés.

Al pensar en el abordaje craneal de la osteopatía, muchas personas piensan en el tratamiento de los bebés. Los esqueletos de los bebés son más blandos que los de un adulto y, por lo tanto, los osteópatas utilizarán técnicas más suaves como la osteopatía craneal al tratar a los bebés.

Sin embargo, la osteopatía craneal es igualmente eficaz para tratar a todos los miembros de una familia y, a menudo, a los osteópatas que comienzan a tratar a los bebés en una familia se les pide que traten a los niños mayores, luego a los padres e incluso a los abuelos. Los osteópatas consideran un privilegio ser un profesional de la salud de confianza que trata a varias generaciones de una misma familia.

Debido a que es un enfoque tan suave, aquellos que no han experimentado la eficacia de este tipo de tratamiento pueden tener dificultades

para creer que funciona tanto para adultos como para bebés. Los principios del tratamiento craneal se aplican a cualquier persona, independientemente de su edad. Usamos nuestras habilidades finamente perfeccionadas para palpar el movimiento involuntario, o movimiento de los tejidos, en todo el cuerpo a un nivel muy sutil. Los osteópatas craneales a menudo se refieren a esta palpación silenciosa como "escuchar". Al ofrecer al cuerpo este apoyo para escuchar, puede revelar traumas y lesiones pasados y, en un nivel profundo, ser escoltado de regreso a la salud. Hacemos esto apoyando un reequilibrio o liberación de cualquier área de disfunción, y el mecanismo de autocuración del cuerpo hace el resto. Este enfoque es tan eficaz después de décadas de lesiones y mecanismos de afrontamiento como lo es en los muy jóvenes.

OSTEOPATIA PARA EL DOLOR DE HOMBRO

La Osteopatía es una de las terapias naturales más usadas y reconocidas a nivel clínico. Su esencia integradora la convierte en una terapia que cura alivia y sobre todo previene la aparición de enfermedades.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera la Osteopatía “una profesión sanitaria de primera intención e independiente de otras”, es decir, que sus profesionales, los osteópatas, trabajan la salud de los pacientes y pueden ejercer sin necesidad de que el paciente venga derivado por otro profesional de la salud. 

El hombro es una articulación formada principalmente por dos articulaciones, la glenohumeral (entre el húmero y el omóplato) y la acromio-clavicular (entre el omóplato y la clavícula). 11 tendones, 4 articulaciones (una de ellas “falsa”) y unas “almohadillas” llamadas bursas forman el complejo del hombro, o como nos gusta llamarle: la cintura escapular.

Es frecuente encontrarnos con algún conocido o pariente cercano al que le duele, o le ha dolido, el hombro. De hecho, es uno de los motivos de consulta más frecuente.

La mayoría de las veces, los responsables del dolor que experimentan los pacientes son los tendones que se inflaman por un abuso o porque han sufrido algún traumatismo como puede suceder en un accidente de coche o en una caída fortuita. En este caso, podríamos deducir de una manera más o menos sencilla que el dolor viene provocado por dicho traumatismo.

Pero en otras ocasiones, la mayoría de las veces, el dolor en el hombro aparece de una forma progresiva y sin motivo aparente, llegando incluso a no dejar dormir al paciente. ¿Entonces, si no hay motivo aparente, porqué nos duele?

En esta articulación la respuesta nunca suele ser sencilla, ya que hay muchas articulaciones “más pequeñas” pero no menos importantes y muchos tendones involucrados.

Siempre me gusta comparar la función del hombro con la de una barca de remos. El remero que no rema no se queja, son los que tienen que remar de más los que protestan.

Nuestro trabajo como terapeutas consiste en valorar y discernir el tejido que está provocando la dolencia del paciente. Una vez aislada la consecuencia del problema, es el momento de buscar la causa que ha provocado que este tejido se inflame.


La principal función del hombro se puede resumir en hacer llevar la mano hacia donde el individuo está mirando y es debido a esto la gran amplitud de movimiento que tiene el hombro y lo limitante que es sufrir dolor en ésta articulación. 

El dolor se suele localizar en el hombro y en la zona superior del brazo, empeora con el ejercicio y se alivia con el reposo, además es frecuente que se produzca una importante dificultad para dormir y poco a poco se va perdiendo movilidad del hombro. 

Hay que hacer un diagnóstico diferencial entre estas causas de dolor de hombro, pero en muchas ocasiones pueden existir varias de ellas a la vez. Para la medicina moderna (Alopática) el tratamiento suele ser similar en todas ellas.  El tratamiento inicial suele consistir en la toma de antiinflamatorios y/o fisioterapia pudiendo ser beneficioso en algunos casos el frío o el calor local. En ocasiones si no funciona lo anterior se suele infiltrar el hombro con anestésico local y/o corticoides y por último la intervención quirúrgica.

Pero no es oro todo lo que reluce. Como bien sabéis el cuerpo humano es una estructura que debemos entender como un conjunto y debemos tratarla como tal. Hay dolores que se manifiestan en el hombro que poco o nada tienen que ver con dicha articulación. Puede que el más famoso sea “el infarto”. Casi todos sabemos que el infarto duele en el hombro izquierdo (generalmente) y que irradia el dolor hacia abajo. Con esto no quiero decir que todos los dolores de hombro sean posibles infartos, pero sí quiero remarcar que hay situaciones clínicas que pueden generar dolor en el complejo de la cintura escapular y no tener un origen “traumatológico”. Tensiones en el diafragma, vesícula biliar o incluso el hígado pueden reflejarse también en el hombro y confundirse con las mal llamadas “tendinitis”.


La Osteopatía, podrá tratarlo independientemente de la causa. Uno de los diagnósticos más comunes de dolor de hombro es por problemas con el manguito rotador o con la bursa asociada a la articulación del hombro especialmente en aquellas personas que practican deportes de fuerza, actividades de recreo, actividades profesionales, etc.

Sin embargo entre aquellas personas sedentarias el diagnóstico más común de dolor de hombro es uno denominado hombro congelado o capsulitis adhesiva, un problema que causa dolor como es obvio y una gran rigidez, de ahí su nombre.

 

Este último problema se da cuando existe una inflamación excesiva en la cápsula del hombro la cual se encarga de fijar los huesos entre sí, cuando esta se inflama, hace que los diferentes huesos sean incapaces de poder moverse con normalidad, por lo que se reduce drásticamente la movilidad y es que en los casos más graves la persona no es capaz de mover siquiera su hombro unos milímetros.

Un estudio biomecánico profundo por parte del Osteópata, podrá determinar el origen de dicho dolor, y aplicando las correcciones osteopáticas oportunas, eliminar o mitigar los dolores en el peor de los casos, siempre que la estructura sea el origen de la causa.

CASOS REALES TRATADOS EN NUESTRA CONSULTA.

Mujer de 36 años que nos consulta por dolor en el hombre izquierdo con limitación de movimiento solo 45º de elevación he imposibilidad para abrocharse el sujetador y que le impide trabajar como peluquera. Y que lleva más de 6 meses con el dolor, pero hasta los últimos 10 dias no ha sido tan invalidante obligándole a solicitar la baja laboral.

En la exploración biomecánica y osteopática encontramos una disfunción descendente de origen cervical compensada a nivel de la cadera provocando una anteversión de la cadera derecha y una retroversión en la cadera izquierda. Restricción de movilidad de la articulación del hombro izquierdo por un descenso del hueso humero y una incorrecta alineación de la glenoide del humero con respecto a la escápula izquierda.

Procedemos a efectuar las maniobras osteopáticas para las disfunciones del segmento vertebral C1 y C2, normalizamos la anteversión de la cadera derecha y resto de raquis afectado. Posteriormente efectuamos corrección de las diferentes articulaciones que constituyen el hombro izquierdo, con un fuerte chasquido producido por la alineación completa de la articulación del hombro. Obviamente la mujer se asusto al escuchar el fuerte chasquido….yo también¡¡¡, pero fue automático, a partir de ese momento se restableció por completo el movimiento en su totalidad del hombro y sin dolor. Hace ya dos años que todo se mantiene bien y no ha necesitado más visitas.

Aquí en Iznajar ya he visitado a más de 4 personas con dolor de hombro y la verdad con muy buenos resultados.

Muchas de las personas que nos consultan vienen con la idea de intentar mejorar sus dolores. La Osteopatía y la Posturología, son una solución para este tipo de dolores obteniendo resultados sorprendentes a todos los niveles (espalda, rodilla, hombros, dolor de cabeza, neuralgia del trigémino, migraña, rinitis, laringitis, otitis, zumbidos del oído, disminución audición, perdida de olfato-gusto, ojos llorosos, molestias y dolor a nivel de la articulación de la mandíbula y maxilar (ATM), cansancio, insomnio, anomalías del comportamiento y del aprendizaje del niño, anomalías en la estática y del movimiento, del habla, trastornos sensitivos y sensoriales, artritis, lumbago, ciática, dolor de espalda, tortícolis, hernias discales, protrusión discal y un largo etc.).