Dr. Pablo Saz
Médico naturista. Investigador en la Universidad de Zaragoza.
El ayuno de 24 horas o ayuno de un día es uno de los más atractivos por parecer fácil de asumir, pero ¿cómo se hace? Y lo más importante: ¿te aporta beneficios?
Un día de ayuno, 24 horas,
es un ayuno un poco más largo del que practicamos a diario por la noche o ayuno
nocturno. La ventaja es que 24 horas son tiempo suficiente para asegurarnos de
entrar en cetosis, es decir, de comenzar a quemar grasa como combustible
principal.
Para realizarlo se requieren
dos cosas: estar mentalizado y bien informado de que el ayuno de 24 horas que
se va a realizar es una maniobra fisiológica, y entender su mecanismo para
ponerse en acción.
Lo más sencillo a la hora de
hacer un ayuno de 24 horas es prescindir de la cena un día y del desayuno y
comida al día siguiente. Esto permite entrar en cetosis, lo cual lo podemos
comprobar fácilmente, pues uno de los signos de que hemos comenzado este tipo
de metabolismo será la aparición de acetona en la orina, muy sencillo de medir.
Puedes hacer este ayuno de
24 horas una vez a la semana, todas las semanas, como costumbre higiénica.
Estaríamos haciendo, pues, un ayuno intermitente semanal.
CÓMO HACER UN AYUNO DE UN DÍA
Las primeras veces imagínate
tu ayuno de 24 horas como una carrera de fondo: ve poco a poco y vigila tus
sensaciones.
A veces son sensaciones
desagradables, como náuseas o dolor de cabeza, pero en la mayoría de ocasiones
son pasajeras.
Lo ideal es levantarse al
amanecer, desperezarse bien e iniciar la limpieza diaria, con agua. Lavar bien
los dientes, la lengua y la piel.
QUÉ SE PUEDE TOMAR
Durante las 24 horas de
ayuno podemos beber agua, zumos diluidos y alguna infusión o caldo vegetal,
pues estos líquidos no romperán el ayuno y nos ayudarán a mantenerlo.
Las infusiones se pueden
adaptar si tienes algún problema de salud en el que quieras incidir. Pero, en
general, estas son algunos ejemplos de infusiones que se pueden tomar durante
el ayuno y que te ayudarán en el proceso:
·
Romero y anís en grano
·
Regaliz y anís en grano
·
Regaliz y menta
·
Tomillo y anís en grano
Estas infusiones están sobre
todo dirigidas a estimular la tensión arterial que, en general, disminuye
durante el ayuno. No están indicadas en personas hipertensas.
Una alternativa de infusión
para personas hipertensas sería anís en grano, melisa y azahar.
QUÉ HACER DURANTE EL DÍA
El resto del día puedes
hacer lo que hagas normalmente, sin que falte:
·
Un paseo en el medio natural.
·
Un rato de sol.
·
Un poco de ejercicio, con movimientos
naturales: andar, correr, trepar, gatear, arrastrarse, hacer tareas domésticas
como limpiar la habitación o lavar la ropa...
El "des-ayuno", la
primera comida tras el ayuno, debería ser vegetal, con fruta y verdura fresca,
cereal o legumbre, sin grasa calentada ni azúcares refinados.
BENEFICIOS DEL AYUNO 24
HORAS
Los beneficios de estos
ayunos "intermitentes" se han descrito en medicina desde tiempos
históricos, pero en los últimos años se han publicado muchos trabajos sobre sus
efectos. Un ejemplo: los del premio nobel Oshinori Ohsumi sobre la autofagia,
el mecanismo que se activa con el ayuno y el ejercicio de alta intensidad, y
sobre sus aplicaciones terapéuticas. También se ha demostrado que resulta
beneficioso para el intestino inflamado o afectado por una infección.
En el ayuno, la energía
almacenada en las células grasas es usada para la reparación celular, la
resistencia al estrés y el rejuvenecimiento, por lo que ese día de ayuno tendrá
sobre nosotros un efecto revitalizante. Este es un beneficio del ayuno de 24
horas del que todos nos podemos beneficiar.
El ayuno también facilita la
pérdida de peso y la eliminación de grasa corporal.
El ayuno se usa, además, con
fines terapéuticos, por ejemplo:
En enfermedades reumáticas,
mejorando la sintomatología, o la epilepsia resistente a fármacos.
Tiene potencial de retrasar
el envejecimiento cerebral, ya que modifica las vías sensoriales de nutrientes
en el cerebro y aumenta la plasticidad sináptica, la neurogénesis y la
neuroprotección.
Durante el ayuno se produce
una reducción de los niveles de insulina y leptina, un incremento en la
sensibilidad a la insulina y resistencia a la diabetes, reducción de la tasa
cardíaca en reposo y la presión arterial, y aumento de la variabilidad del
ritmo cardíaco (como resultado de un aumento del tono parasimpático).
Se produce asimismo una
disminución de la inflamación, un aumento de la resistencia del cerebro y el
corazón al estrés y una mejora del resultado funcional en modelos de accidente
cerebrovascular, infarto de miocardio y problemas de arteriosclerosis.
También ayuda a combatir
infecciones. De hecho, casi siempre el cuerpo reacciona perdiendo el apetito
hasta que pasa la infección.
Finalmente, gracias a los
trabajos de Valter Longo, se ha visto que, en casos de tumores, el ayuno aporta
efectos aditivos y posiblemente sinérgicos cuando se combina con fármacos empleados
en el tratamiento estándar contra el cáncer.
AYUNO INTERMITENTE: QUÉ ES,
CÓMO ACTÚA Y CUÁLES SON SUS CONTRAINDICACIONES
El ayuno favorece la
regeneración del organismo. La opción intermitente es una forma fácil y
efectiva de llevarlo a cabo. Te explicamos cómo hacerlo bien.
Muy probablemente has oído
hablar del ayuno intermitente. Quizás a estas alturas ya te has animado a
practicarlo y lo has experimentado o, por el contrario, aún tienes dudas sobre
si puede ser dañino para tu organismo. Júlia Farré, dietista-nutricionista nos
revela lo que nos muestran los estudios hasta la fecha, los tipos de ayuno que
puedes realizar y una guía rápida de cómo ponerlos en práctica.
Es un mito que debas tomar
cinco comidas diarias. A día de hoy no existe ninguna certeza de que esto sea
mejor que hacer menos comidas. Dependerá de cada caso. Habrá personas que se
sientan mejor realizando ingestas cada 3 o 4 horas y otras a las que les
parezca un engorro pensar y preparar tantas comidas diarias.
Desayuno significa "salir
del ayuno" y puedes hacerlo más tarde, no hace falta que sea poco después
de despertarte. Si te levantas sin hambre o si la prisa por desayunar implica
hacer malas elecciones, entonces es mejor que no desayunes y que esperes a
poder comer cuando tengas hambre o puedas consumir alimentos que realmente te
nutran. De esta manera ya estarás realizando una de las formas de ayuno
intermitente.
¿QUÉ ES Y CÓMO REALIZAR
CORRECTAMENTE EL AYUNO INTERMITENTE?
El ayuno intermitente
consiste en distribuir los horarios en que comemos dentro de un periodo o
"ventana para la alimentación" de 8 a 11 horas, respetando un periodo
de ayuno completo de 13 a 16 horas. Existen tres tipos principales de ayuno
intermitente:
1.Ayuno
de ventana. Se come durante unas horas del día y se ayuna el resto. El periodo
de ayuno puede prolongarse a 10, 12, 14, 16 o 18 horas. Una modalidad de este
tipo de ayuno, el «ayuno intermitente vespertino» considera que es más eficaz
si las horas de comida se concentran en la mañana hasta el mediodía, por
ejemplo, en seis horas, de las 8 (desayuno) a las 14 horas (almuerzo).
2.En
días alternos. En este caso se trata de estar 24h sin tomar ingestas sólidas y
calóricas. Uno de los protocolos más conocidos propone 1 o 2 días no
consecutivos de ayuno completo a la semana. Se pueden tomar bebidas sin
azúcares (en formas menos estrictas se permite una ingesta total de 500
calorías).
3.Plan
5:2. Se come normalmente, con menús completos y saludables, cinco días a la
semana y los otros dos días se toma una comida muy ligera (no más de 500
calorías).
¿POR QUÉ ES EFICAZ EL AYUNO
A INTERVALOS?
Para entender los beneficios
del ayuno es necesario saber qué vías metabólicas se ponen en marcha en nuestro
cuerpo para la obtención de energía cuando estamos sin comer. Se considera que
estamos en ayunas tras unas 10-14 horas sin ingerir alimentos que aporten
calorías. ¿Qué pasa entonces? Simplificando podríamos explicarlo de la
siguiente manera:
Primero, la glucosa. Después
de comer el cuerpo obtiene energía de los nutrientes aportados por los
alimentos.Si comemos de más, aprovecha para rellenar las reservas de glucosa
(glucógeno) y de grasa (triglicéridos).
Después, la grasa. Durante
las siguientes 18-24 horas, al no comer, se obtiene la energía de las reservas
de la grasa acumulada en el cuerpo y, para ello, se activa la glucógenolisis
hepática, es decir, se usa glucosa almacenada en el hígado y, a medida que esta
reserva se vacía, se va activando gradualmente otras vías:
La gluconeogénesis o
formación de glucosa a partir de aminoácidos y glicerol.
La lipólisis o
descomposición de los triglicéridos del tejido adiposo en ácidos grasos, que
serán usados como fuente energética o se transformaran en cuerpos cetónicos. En
esta fase se prioriza la grasa como fuente primaria de energía por encima de la
glucosa.
El segundo día después de comenzar el ayuno, la gluconeogénesis sigue funcionando para mantener el aporte de glucosa, sobre todo para el cerebro. Irán aumentando paulatinamente los niveles de cuerpos cetónicos en sangre, que también serán usados cómo fuente de energía por los diferentes órganos mientras dure el ayuno.
Después del tercer día de ayuno se usan grasas y cuerpos cetónicos como fuente energética, incluso el cerebro empieza a usar los cuerpos cetónicos. Los niveles de glucosa en sangre permanecen estables por las reservas de glicerol.
Durante el ayuno, además de esta movilización de sustratos energéticos, también se producen cambios en los electrolitos. Principalmente se da salida de magnesio, potasio y fósforo de dentro de las células, con la finalidad de mantener los niveles plasmáticos.
BENEFICIOS DEL AYUNO
INTERMITENTE
Se están publicando muchos estudios esperanzadores sobre los efectos positivos del ayuno intermitente, aunque no todos se han corroborado en humanos y no se puede afirmar que sea una terapia para todo tipo de problemas. Las investigaciones señalan las siguientes propiedades:
Un descanso digestivo. El
primer efecto es que el sistema digestivo puede darse un respiro. Se pausa el
proceso de la digestión y se reduce la inflamación. También descansan los
órganos relacionados con la digestión como el hígado, el páncreas o la vesícula
biliar.
Aumenta la saciedad. La
mayoría de quienes lo practican dicen sentir menos hambre cuando siguen esta
estrategia. Probablemente se deba a la producción de cuerpos cetónicos, que
confieren saciedad, y a que, al tener menos horas para comer, se hacen menos
ingestas y, por lo tanto, estas son de mayor volumen y sacian más.
Facilita la pérdida de peso.
Al comer menos veces se suele reducir la ingesta y se entra con facilidad en
déficit calórico, lo que favorece la disminución de masa grasa y peso.
Aumenta la autofagia. A
partir de las 13-16 horas de ayuno el cuerpo empieza a limpiarse eliminando las
células que no interesan. Este reciclaje interno tiene efectos positivos sobre
la inmunidad, aumenta la sensibilidad a la insulina, lo que reduce el riesgo de
diabetes y sobrepeso, y podría prevenir las enfermedades degenerativas y el
cáncer. También se ha asociado a un aumento de los años de vida.
Sensibilidad a la insulina.
Aumenta la eficacia de la hormona insulina, lo que ayuda a reducir el riesgo de
desarrollar obesidad y diabetes.
Controla el colesterol. El
ayuno intermitente disminuye los valores de triglicéridos en sangre y de
colesterol aterogénico o LDL. También el estrés oxidativo y el riesgo
cardiovascular.
CÓMO ACTÚA EL AYUNO SOBRE EL
CUERPO
La evolución biológica nos
ha preparado para los periodos de escasez, no para la abundancia continua de
alimentos que experimentamos en la actualidad. Durante el ayuno, el metabolismo
pone en marcha mecanismos de regeneración celular, esencialmente a través de la
autofagia, que elimina las células que ya no funcionan bien.
Las reservas de energía se
acumulan en el hígado y el tejido adiposo y permiten aguantar periodos de falta
de ingesta. De hecho, los sistemas metabólico, endocrino y nervioso han
evolucionado de tal manera que podemos sobrevivir y seguir funcionando tanto
física como mentalmente en períodos de ayuno. Los efectos concretos sobre el
organismo, según el artículo publicado en Cell Metabolism por los doctores
Valter Longo y Frank Matson (Molecular Mechanisms and Clinical Applications),
son los siguientes:
Cerebro: Mejoran las
habilidades intelectuales y la formación de neuronas. Se reduce la inflamación.
Hígado: Aumenta la
producción de cetonas y la sensibilidad a la insulina.
Células grasas: Se elimina
grasa visceral y se reduce la inflamación del tejido adiposo.
Sangre: Disminuyen los
niveles de azúcar, colesterol LDL, triglicéridos e insulina en sangre. También
se reduce la leptina, hormona que interviene en la sensación de hambre.
Aumentan las cetonas.
Corazón: Se reducen la
frecuencia cardiaca en reposo y la tensión arterial. Aumenta la resistencia al
estrés oxidativo y disminuye la inflamación.
Intestino: Disminuye la
ingesta de calorías y la inflamación.
Músculos: Se incrementa la
sensibilidad a la insulina y se reduce la inflamación.
¿CUÁNDO ESTÁ INDICADO EL
AYUNO INTERMITENTE?
Sobrepeso: Un ayuno
intermitente, en el marco de una dieta y una hábitos de vida saludables, puede
ser útil en caso de sobrepeso, síndrome metabólico (tensión arterial elevada,
azúcar en sangre en ayunas elevado, grasa abdominal, niveles altos de
triglicéridos y bajos de colesterol bueno HDL), diabetes o prediabetes.
Prevención del cáncer: La
restricción calórica que se produce durante el ayuno aumenta factores de
transcripción que regulan la proliferación celular, la eliminación de células
precancerígenas o la reparación del material genético, por lo que tiene un
impacto en la protección frente a esta patología. El ejercicio físico tiene un
efecto similar.
Cerebro: Tanto el ayuno como
el ejercicio elevan el "factor de transcripción BDNF", que protege
ante enfermedades neurológicas, degenerativas y psiquiátricas.
Enfermedades autoinmunes:
Existen evidencias sobre los beneficios del ayuno en la esclerosis múltiple.
También podría estar indicado en otras enfermedades autoinmunes, aunque faltan
estudios que lo confirmen.
CONTRAINDICACIONES DEL AYUNO
A INTERVALOS
Todavía está por confirmar
si los efectos positivos del ayuno son realmente por el ayuno en sí o por la
restricción calórica que se produce al reducir el número de comidas. Por lo
tanto, aunque padezcas alguna de las alteraciones que he mencionado, si sientes
que el ayuno intermitente no va contigo, puedes beneficiarte de sus efectos con
una pauta alimentaria que implique un déficit calórico lineal o con la práctica
de ejercicio regular.
Los niños, mujeres
embarazadas y ancianos no deberían seguir ayunos, ya que no existen estudios
que indiquen que es seguro en su caso.
Tampoco es el protocolo
adecuado para personas con una proporción de grasa corporal por debajo de lo
normal, que hayan pasado o estén atravesando un trastorno de la conducta
alimentaria o alteraciones hormonales como la amenorrea hipotalámica.
Las personas propensas a
padecer gota deberían valorar la conveniencia de realizar ayuno, ya que este
puede elevar el ácido úrico.
En personas que toman
fármacos para el azúcar en sangre o la tensión arterial será preciso ajustar
las dosis a los horarios de comidas, si se desea seguir un protocolo de ayuno.
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