sábado, 1 de mayo de 2021

CURIOSIDADES EN LOS COMIENZOS DE LAOSTEOPATÍA CRANEO-SACRAL


Hoy en nuestra sección de curiosidades, vamos a hablar de osteopatía sacro-cráneal. Y lo hacemos porque como casi siempre en la historia, aquellos que han ido más allá de lo conocido, de lo comúnmente establecido, de los parámetros delimitados por lo considerado inamovible por los siglos de los siglos, acaban sufriendo la incomprensión y rechazo de sus propios congéneres y compañeros de profesión.

Quiero citar un experimento que se realizó con unos monos, unos plátanos y la escalera; y de como se puede llegar a obedecer las normas más absurdas.

¿Por qué tanto los primates como los humanos solemos seguir normas tontas por mera tradición?

Como en casi todas las investigaciones en las que se estudia en comportamiento de los animales, el experimento empieza con una jaula. Dentro de ella se colocan 5 monos sanos y, en el centro del habitáculo, una escalera con plátanos en su parte más alta.

Como es previsible, los monos no tardan en empezar a subir por la escalera para poder alcanzar la comida. Sin embargo, su plan se ve interrumpido cada vez por una desagradable sorpresa: en cada ocasión en la que un mono trepa por los escalones, los investigadores rocían al resto de primates con agua fría.

Esto hace que cada intento de acceder a los plátanos se transforme en una reprimenda mayúscula de los monos hacia el individuo que lo intenta: gritos, golpes, mordiscos... todo vale para hacer que nadie más tenga una ocurrencia similar. Estas prácticas eran bastante eficaces: después de un tiempo, ningún mono intentaba coger los plátanos, a pesar de la tentación de comerlos. Pero lo interesante del ejemplo llega después.

Llegados a este punto, los investigadores sacan a un mono de la jaula y meten a otro en su lugar. Este "novato" ve los plátanos encima de la escalera y, como no se ha podido poner al corriente de lo que les pasa a los que intentan hacer algo sí, recibe los golpes y los gritos de los demás: el miedo al agua helada sigue estando presente. Este mono no entiende el porqué de este castigo, ya que no ha llegado a presenciar cómo cae el agua fría, pero después de unos intentos concluye, simplemente, que intentar alcanzar los plátanos no es una buena idea.

Una vez hecho esto, los investigadores sustituyen a otro de los monos por uno nuevo. Este recién llegado hace lo mismo que el primero al ver los plátanos y la escalera, y la respuesta del resto es la misma: el castigo. Sin embargo, en esta ocasión el primer mono novato también participa en la reprimenda.

A partir de ese punto, los investigadores van sustituyendo todos los monos hasta que ninguno de los 5 monos que permanecen en la jaula han llegado a presenciar la caída del agua helada. Cuando alguien intenta trepar por la escalera, estos animales siguen reaccionando con la misma violencia que los cinco monos del principio.

Así como los monos del experimento donde ya no se molestaban en intentar coger los platanos porque aquí es tradición establecida el no cogerlos (aun sin saber si se podrá), al comienzo de sus investigaciones Sutherland encontró el rechazo de la comunidad osteopática de la época, sin embargo, no se podía pasar por alto los asombrosos resultados que se iban observando en los pacientes que se beneficiaban de estas manipulaciones aplicadas en el cráneo.



En 1940 surgió el reconocimiento de la osteopatía en el campo craneal, entonces el doctor Sutherland comenzó a dirigir distintos estudios sobre esta materia. En 1953 Sutherland junto con C. Handy y H. Magoun (padre) constituyeron la Sutherland Cranial Teaching Foundation, con el propósito de continuar con la enseñanza de la osteopatía craneal.

El movimiento respiratorio primario es un elemento básico referente a la osteopatía craneal. Este movimiento se produce por una fluctuación del líquido cefalorraquídeo, secretado por los plexos coroideos, los cuales se encargan de la producción de este líquido con el fin de proteger al sistema nervioso central. El líquido cefalorraquídeo se renueva en el ser humano entre seis y siete veces al día. Este líquido llena los ventrículos —cavidades— cerebrales, circundando el cerebro, la médula espinal y las vainas de los nervios periféricos. Actúa como un amortiguador hidráulico entre el cerebro y la pared ósea. Por tanto, es crucial para proteger todas estas estructuras.


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