[ ENSAYO CLÍNICO ALEATORIZADO ]
Laura Argüelles Movillo (PT, DO), Javier González Iglesias (PT, DO, PhD), Jesús Ángel Pérez Fernández (PhD), Ana Silvia Puente González (PT, PhD).
Del 12 de abril de 2020
Introducción. La dispepsia
funcional (DF) es aquella en la que no
se conoce la causa. Su diagnóstico es difícil y costoso, y suele hacerse por
exclusión, una vez identificadas la presencia de uno o más de los siguientes
síntomas: plenitud posprandial, saciedad temprana y dolor o quemazón
epigástricos, sin evidencia de ninguna enfermedad estructural que pudiera
justificar dicha sintomatología tras una evaluación clínica rutinaria.
Objetivos. Valorar y
cuantificar los cambios producidos en la algometría de las espinosas torácicas
T4/T5/T6 y de los puntos gatillo del trapecio superior, y en la baropodometría
tras un tratamiento osteopático visceral.
Material y métodos. Ensayo clínico
aleatorizado, doble ciego. Participaron 60 sujetos entre los 18 y los 45 años
con dispepsia funcional, aleatorizados en 2 grupos. Ambos grupos recibieron un tratamiento de
electrotermoterapia, añadiéndose 3 técnicas osteopáticas al grupo experimental.
Se llevó a cabo su seguimiento durante 4 semanas.
Resultados. La
manipulación sobre las espinosas torácicas modifica significativamente el UDP
en el grupo de tratamiento osteopático y además existe una evolución entre
sesiones (T4 p < 0,05, T5 y T6 p < 0,001), no produciéndose cambios
significativos para el grupo control (p > 0,05). Existen cambios
significativos del UDP de los puntos trigger del trapecio superior en las
mediciones pre-post tratamiento, tanto para el grupo experimental como para el grupo
control. No se evidencian cambios en la baropodometría para ninguno de los 2
grupos.
Conclusiones. El protocolo
de manipulación torácica, stretching del diafragma y la técnica hemodinámica
abdominal mejora de forma significativa la algometría sobre T4/T5/T6 tanto
dentro de la misma sesión como entre sesiones. Existe una mejoría significativa
sobre los UDP de los trigger points del trapecio superior de manera intragrupal
dentro de la misma sesión.
INTRODUCCIÓN
La dispepsia funcional (DF) es aquella en la que
no se conoce la causa, cuyo diagnóstico es difícil y costoso, y suele ser por
exclusión debido a que las pruebas necesarias tales como ecografías, analíticas
o endoscopias digestivas altas, están indicadas habitualmente sólo en personas
mayores de 55 años y con una serie de síntomas preocupantes como pérdida de
peso significativa y no intencionada, disfagia, sangrado digestivo, masa
abdominal palpable, anemia ferropénica, etc.
Actualmente, siguiendo los nuevos criterios de
Roma (IV) de los trastornos funcionales digestivos en la práctica clínica, su
diagnóstico se caracteriza por la presencia de uno o más de los siguientes
síntomas: plenitud posprandial, saciedad temprana y dolor o quemazón
epigástricos, sin evidencia de ninguna enfermedad estructural que pudiera
justificar dicha sintomatología tras una evaluación clínica rutinaria. Estos
criterios deben cumplirse durante los últimos 3 meses con inicio de los
síntomas al menos 6 meses antes del diagnóstico y con una frecuencia de, por lo
menos, una vez por semana.
La prevalencia de la DF en países como Estados
Unidos, Canadá e Inglaterra oscila entre el 8% y el 12%4. En España, la
prevalencia de pacientes tipificados como dispépticos funcionales en atención
primaria es del 14,1% y del 35,5%, en atención especializada5,6. En general, se
estima una prevalencia en población adulta del 7-34% si se refiere a dolor en
el abdomen superior y del 23-45% si se utiliza una definición más amplia que
incluya síntomas del tracto gastrointestinal superior y una incidencia del
1-9%, siendo más frecuente en mujeres (29,5%) que en hombres (18,5%).
Debido a esta elevada prevalencia supone un
elevado coste tanto de consumo de recursos sanitarios como de reducción de la
productividad laboral. La intervención sobre la DF actualmente incluye,
fundamentalmente, la modificación del estilo de vida e instauración de medidas
higiénico-dietéticas, la erradicación del Helicobacter Pylori, el tratamiento
empírico antisecretor, principalmente mediante inhibidores de la bomba de
protones, que presentan mejores resultados que los antiácidos, y por último, la
realización de una endoscopia digestiva alta. Este orden también atiende a los
estudios de coste-efectividad realizados y a los efectos secundarios que han
puesto de manifiesto alguno de ellos.
Al margen de la intervención preferente, la
utilidad de ansiolíticos, antidepresivos tricíclicos e inhibidores a la
recaptación de serotonina ha mostrado algún resultado favorable pero en
estudios de baja calidad metodológica. Algo parecido ocurre con las
intervenciones psicológicas como la relajación, la hipnoterapia o la terapia
cognitiva.
Sin embargo, atendiendo a los diferentes
estudios, no se ha establecido una intervención normalizada que pueda
considerarse verdaderamente eficaz para todos los pacientes con DF, en gran
medida por la variabilidad sintomática y el desconocimiento de su
fisiopatología. Por todo ello, el objetivo de este estudio fue evaluar el
efecto del abordaje osteopático en pacientes con DF, estudiando si un protocolo
de abordaje terapéutico visceral produce un aumento del umbral de dolor a la
presión en la columna dorsal media y de los puntos gatillo miofasciales (PGM)
del trapecio superior (PGM1 y PGM2) así como cambios en la estática postural
del paciente.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño del
estudio
Se realizó un estudio tipo ensayo clínico
aleatorizado, controlado y doble ciego, con los pacientes y los evaluadores
cegados. El estudio tuvo una duración de 21 días con 3 sesiones de tratamiento
y 7 evaluaciones. Para poder llevar a cabo este ensayo clínico se recibió la
autorización del Comité Ético del Principado de Asturias.
Muestra del
estudio
Se realizó un muestreo consecutivo por
conveniencia a partir de los pacientes que acudieron a un Centro de Osteopatía
que presentaban DF y cervicalgia y cumplían los criterios de selección. La
obtención de la muestra y desarrollo del estudio se realizó desde mayo de 2018
hasta mayo de 2019. Para su inclusión en el estudio los sujetos debían tener
una edad comprendida entre los 18 y los 45 años, un índice de masa corporal
(IMC) menor 30 kg/m2, diagnosticados de DF (digestiones pesadas, hinchazón
abdominal, dolor o ardor de estómago y/o gases) y cervicalgia. Todos ellos
debían de dar negativo a la prueba de Helicobacter Pylori y firmar el
consentimiento informado para su inclusión en dicho estudio. A su vez, se
excluyeron aquellos sujetos que presentaran alguna patología digestiva
específica (hernias de hiato, enfermedad de Crohn, úlceras estomacales o
duodenales…), diástasis abdominal o, en el caso de ser mujeres, estar
embarazadas.
Tampoco podían tomar ningún tratamiento
farmacológico que interfiera en el estudio, principalmente omeprazol, ni
presentar cirugías abdominales o dorso-lumbares, patología vascular,
infecciosa, neurológica o tumoral, además de presentar alguna contraindicación
a la intervención o imposibilidad para realizar alguna de las pruebas.
Protocolo de
la intervención
Tras la firma del consentimiento informado, superados
los criterios de selección y realizada la evaluación basal, los sujetos fueron
asignados de forma aleatoria en dos grupos, grupo de intervención (GI) y grupo
de control (GC). Tanto los sujetos del estudio como los evaluadores fueron
cegados a la intervención.
La aleatorización se realizó mediante secuencia
numérica generada por ordenador con una razón 1/1 (EPIDAT 4.2). Tanto en el GI
como en el GC se realizaron las mismas evaluaciones, solo difiriendo la
intervención sobre los sujetos de cada grupo. El estudio tuvo una duración de
21 días, donde se realizaron 7 evaluaciones y 3 sesiones de tratamiento según
el grupo. Las sesiones de tratamiento se llevaron a cabo con una semana de
distancia entre ellas, realizándose una evaluación previa y otra posterior a
cada sesión, además de una última evaluación al final del estudio, una semana
después de la última sesión de tratamiento.
En todas las evaluaciones se tomaron datos de
todas las variables, salvo las independientes, que solo se tomaron en la primera
evaluación. Las variables antropométricas y sociodemográficas recogidas,
variables independientes, fueron la edad, talla, peso, IMC y sexo. Otra de las
variables fue el umbral de dolor a la presión (UDP) (Kg/cm2), que se midió
mediante algometría de presión en los puntos gatillo miofasciales del músculo
trapecio superior (PG1 y PG2) de ambos lados, así como, en las espinosas de las
vértebras T4, T5 y T6. Se utilizó un algómetro analógico (Wagner Force Dial
FDK20) compuesto por un cabezal de goma (1 cm) unido a un manómetro. Se siguió
el procedimiento descrito por Fischer. Para la medición a nivel de las
espinosas torácicas se colocó al paciente en decúbito prono con los hombros
relajados y para los puntos gatillo del trapecio superior (PG1 y PG2) el paciente
estaba en sedestación, también con los hombros relajados. El algómetro se situó
perpendicular al punto y se anotó el registro en el momento que el paciente
comenzó a sentir molestia con la presión. Se realizaron 3 mediciones por cada
punto y, posteriormente, se calculó la media de las 2 medidas mínimas. Este
procedimiento de algometría presenta una fiabilidad intra-examinador de
0,91-0,9215,16 (95% IC 0,82-0,97) para la medición del umbral de dolor a la
presión e inter-examinador del ICC= 0,854916.
Para las variables del estudio baropodométrico se
midió el porcentaje de carga del pie izquierdo y del pie derecho, del antepié y
del retropié de cada uno de ellos. Se utilizó una plataforma de presiones (Rs
Scan Gait Plate). Se siguieron las directrices descritas por Gagey, situando al
sujeto en bipedestación, descalzo, con los pies separados 5-10 cm.
La intervención fue diferente en cada uno de los
grupos de estudio, realizándose 3 sesiones de tratamiento en los días 1, 7 y 14
del estudio. En ambos grupos se aplicó un protocolo de termoelectroterapia en
la región cervical mediante infrarrojos durante 20 minutos y TENS continuo, con
frecuencia de 100 Hz, durante 20 minutos, con la intensidad ajustada para
producir una sensación de hormigueo, sin llegar a generar contracción muscular.
En el GI además del protocolo de
termoelectroterapia se realizó un protocolo de tratamiento osteopático de 3
sesiones que consistió en la aplicación de tres técnicas: técnica de
manipulación bilateral de dorsales medias (T5-T6) en extensión con el paciente
en decúbito supino; stretching del diafragma en decúbito supino, realizando
tracción de la parrilla costal hacia craneal mientras el paciente respira lenta
y profundamente durante 10 ciclos respiratorios; y, para finalizar, se realizó
una técnica visceral hemodinámica global del abdomen, con el paciente en
decúbito supino en Trendelemburg y ejerciendo una tracción sobre la masa
visceral abdominal en sentido craneal durante la inspiración profunda, pudiendo
acompañar dicha tracción de una ligera vibración, durante la espiración se
mantiene dicha tracción o se relaja la tensión acumulada. Se realizó esta
última técnica durante 10 ciclos respiratorios.
RESULTADOS
La muestra estuvo conformada por 40 sujetos,
igualmente divididos en el grupo experimental (n=20) y el grupo control (n=20),
de los cuales 77.5% fueron mujeres y 22.5% hombres, con una edad promedio de
42,2 ± 11,4 años, peso de 64,5 ± 11,7 kg, talla de 1,638 ± 0,083 y dolor lumbar
de grado 5,08 ± 1,23, según la Escala Numérica Visual. Se confirmó que la
muestra sigue una distribución normal, habiendo sido siempre verificada para
las variables de estudio, por lo que se utilizó una prueba paramétrica para
compararlas.
Se observó un aumento significativo de los valores
del UDP de los PGM pre-post intervención, cuyo nivel de significancia ascendió
a medida que avanzaron las sesiones, y con independencia del grupo de estudio.
Los tamaños del efecto fueron en general superiores en el GE respecto al GC. No
se observó una evolución significativa entre intervenciones para ninguno de los
grupos de estudio. En ambos grupos el tamaño del efecto observado fue pequeño o
pequeño-moderado.
No se observaron modificaciones significativas en
la distribución de pesos pre-post intervención, ni en los 5 minutos posteriores
a la misma sobre los sujetos de ninguno de los grupos. Los tamaños del efecto
en ambos casos y para ambos grupos fueron pequeños.
Entre las pre-intervenciones 1 y 2 del grupo
control se observó una disminución significativa de peso sobre el antepié
derecho. Consecuentemente se observa un aumento del peso sobre ambos retropiés,
pero sin llegar a ser estadísticamente significativo. El tamaño del efecto de
esta observación es bajo-moderado. El nivel de significancia estadística de
esta observación disminuyó o incluso desapareció a medida que avanzaron las
sesiones.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos muestran que existen
cambios significativos sobre el UDP en las espinosas torácicas en el GE tanto
dentro de la misma sesión, comparando las mediciones pre y post-intervención,
como en la evolución del tratamiento, siendo el cambio más importante sobre T5,
vértebra sobre la que realizamos la técnica de manipulación con impulso. Por su
parte, en el GC se observaron cambios dentro de la misma sesión en algunos
casos, pero no se observó una evolución significativa en el tiempo. Estos
resultados positivos que genera la manipulación espinal coinciden con los
obtenidos en otros estudios similares.
Además, en este estudio se analizaron la evolución de los sujetos
durante un periodo total de 4 semanas, observándose que el GE ha ido mejorando
a lo largo de las sesiones. Existen estudios específicos que relacionan la
evolución en las primeras semanas con la mejoría a largo plazo por lo que sería
interesante para investigaciones futuras llevar a cabo un seguimiento de mayor
duración para ver si esta mejora se mantiene en el tiempo. La algometría
realizada sobre los PGM del trapecio superior presenta diferencias significativas
para ambos grupos dentro de la misma sesión, haciéndose más notable esta mejora
a medida que avanzan las sesiones. No obstante, no se pudo evidenciar una
evolución entre sesiones para ninguno de los dos grupos, a pesar de que los
valores medios registrados presentan una evolución más positiva en el grupo
experimental respecto al grupo de control en los 4 puntos medidos.
Esto puede ser debido a diferentes situaciones,
tales como la aplicación de TENS sobre el trapecio superior que se realizó en
ambos grupos de estudio durante 20 minutos, o a las respiraciones profundas
diafragmáticas que también realizaron ambos grupos de estudio, debido a que al
mejorar la movilidad diafragmática podría mejorar el dolor de territorios
inervados también por el nervio frénico (C3-C4-C5) como sería el caso del
trapecio superior. La mejoría no se mantiene en el tiempo, posiblemente debido
a que existen factores externos no controlados, los cuales pudieron enmascarar
una evolución positiva, como podría ser la postura del paciente, la práctica
deportiva y laboral o el estrés entre otros.
En relación a las distribuciones de cargas en la
baropodometría, no se observan cambios significativos en el GE, encontrándose
diferencias en el grupo control de manera aislada entre la primera y la segunda
sesión aunque éstas no se mantienen en el tiempo de forma estable.
No existe evolución entre la medida hecha
inmediatamente después del tratamiento ni la que se repite a los 5 min del
mismo para ninguno de los dos grupos. Se ha estudiado la modificación de los
parámetros baropodométricos tras la aplicación de técnicas manuales como la
manipulación global de la pelvis, la manipulación occipito-atlo-axoidea o la
descompresión de la articulación tibio-peronea-astragalina encontrando resultados
diversos, algunos con cambios en los parámetros y otros con resultados
negativos.
De este modo, podríamos pensar que la
manipulación sobre un segmento vertebral puede llevar asociado un cambio en la
estática del paciente, sin embargo, la manipulación sobre T5, el stretching del
diafragma y la maniobra abdominal son insuficientes para conseguir algún cambio
en la distribución de cargas.
CONCLUSIONES
El protocolo de manipulación torácica,
tratamiento del diafragma y maniobra abdominal mejora la algometría en las
espinosas de T4-T5-T6. Existen cambios significativos intragrupales dentro de
la misma sesión para el UDP de los trigger points del trapecio superior PG1 y
PG2. Sin embargo, no se observaron diferencias intergrupales. Esta intervención
no provoca cambios en la distribución de cargas en el análisis baropodométrico.
RECUERDEN;
Dentro de la osteopatía no
entendemos de enfermedades ni lesiones como tal y por tanto no las tratamos, de
lo que hablamos es de alteraciones estructurales o problemas de restricciones
de movilidad o funcionales en el cuerpo que son las bases de la Osteopatía y
este no es un caso distinto a otros tantos en los que ayudamos a la gente con
sus problemas.
Un estudio biomecánico profundo por parte del Osteópata, podrá determinar el origen de dicho dolor, y aplicando las correcciones osteopáticas oportunas, eliminar o mitigar los dolores en el peor de los casos, siempre que la estructura sea el origen de la causa.
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