viernes, 23 de septiembre de 2022

LA OSTEOPATIA Y EL EFECTO DE LAS TÉCNICAS NEUROMUSCULARES Y DE JONES EN PACIENTES BRUXISTAS CON CEFALEAS TENSIONALES EPISÓDICAS Y CRÓNICAS


 

[ ENSAYO CLÍNICO ]

Denise Klockzin (PT, DO).

Del 27 de febrero de 2020.

Introducción. El bruxismo es una disfunción temporomandibular que tensa los músculos de la masticación, especialmente los músculos temporales y maseteros, y que a su vez puede causar cefaleas tensionales episódicas o crónicas.

Objetivos. Valorar el efecto de las técnicas neuromusculares y de Jones aplicadas sobre el músculo temporal en la amplitud de la apertura vertical de la boca, el umbral del dolor a la presión y la extensión craneocervical, en pacientes bruxistas con cefaleas tensionales episódicas y crónicas.

Material y métodos. Estudio experimental, tipo ensayo clínico aleatorizado y doble ciego. Se realizaron con cada paciente tres sesiones de osteopatía. La muestra estuvo formada por 52 pacientes diagnosticados de bruxismo y cefaleas tensionales episódicas y crónicas, a los que se aplicó las técnicas neuromuscular y técnica de Jones en el músculo temporal (grupo experimental), o una intervención control (contacto occipital). Se llevaron a cabo mediciones antes de hacer la intervención, inmediatamente después de realizar las técnicas y tres días después de realizar las técnicas con algometría de los puntos gatillos de la musculatura temporal, inclinometría para el movimiento craneocervical, así como mediciones de la apertura vertical de la boca con pie del rey.

Resultados. El grupo experimental obtuvo mejoras significativas en la apertura vertical de la boca (p<0,001), en el umbral del dolor a la presión sobre el punto seleccionado del músculo temporal (p<0,001) y en la en extensión craneocervical (p<0,001).

Conclusiones. Las técnicas neuromusculares y de Jones aplicadas sobre el músculo temporal en pacientes bruxistas con cefaleas tensionales son útiles de cara a obtener mejoras en aspectos de interès en patologies álgidas diversas de nivel craneocervical.

INTRODUCCIÓN

La cefalea recurrente de tipo tensional es la segunda enfermedad crónica más común en todo el mundo. Aunque se ha informado una alta prevalencia de cefalea tensional crónica en todas las regiones del mundo, también es uno de los trastornos más frecuentemente descuidados y genera dolores de cabeza que son difíciles de tratar.

Por lo general, la cefalea tensional se vincula con síntomas leves y se considera una patología no grave, si los síntomas empeoran, puede causar la mayor limitación en la vida cotidiana.

De acuerdo con el Comité de Clasificación de la Cefalea de la International Headache Society (IHS), la cefalea se manifiesta de manera episódica o crónica. Los trastornos de dolor de cabeza están entre las diez enfermedades más discapacitantes para ambos sexos y las cinco más discapacitantes para las mujeres. Los estudios muestran que entre un 70% y 90% de la población sufre de dolores de cabeza al menos una vez al año, por lo cual son la razón más común para visitar a un médico.

No obstante se desconoce la fisiopatología exacta de la cefalea tensional. Los mecanismos de dolor periférico tienen más probabilidades de desempeñar un papel en la frecuente cefalea episódica de tipo tensional.

El aumento de la sensibilidad pericraneal registrada por la palpación manual es el hallazgo anormal más significativo en pacientes con cefalea tensional. Hay que destacar que la cefalea tensional es común, incapacitante y está asociada con comorbilidades médicas y psiquiátricas. Los síntomas de ansiedad causan dolores de cabeza, trastornos de la articulación temporomandibular y bruxismo.

El bruxismo juega un papel importante en las disfunciones temporomandibulares y la necesidad de tratamiento en centros de dolor orofacial es significativa. Se ha demostrado que, en las disfunciones temporomandibulares, el estrés psicológico es un factor preponderante. Los trastornos temporomandibulares cuentan como una subclasificación de los alteraciones músculo-esqueléticas que involucran una gran variedad de condiciones craneofaciales que encubren signos y síntomas relacionados con la articulación temporomandibular, la musculatura masticatoria, la musculatura del cuello y estructuras relacionadas.

Se estima que los trastornos temporomandibulares tienen una prevalencia del 5-12% en la población, incluidos adultos y niños. En consecuencia, se consideran un importante problema de salud pública. Los síntomas específicos de cefalea primaria y disfunción temporomandibular son comórbidos, como lo demuestran los estudios clínicos y de población. Además, los trastornos temporomandibulares son un factor de riesgo para una mayor frecuencia de dolor de cabeza. Esta relación entre los trastornos temporomandibulares, migraña y cefalea tensional ya ha sido previamente expuesta.

 Al apretar y deslizar los dientes, los músculos de la mandíbula se sobrecargan, causando puntos gatillos miofasciales, especialmente en los músculos maseteros y músculos temporales.

Los puntos gatillos miofasciales generados en esta musculatura pueden influir en la disfunción muscular del cuello y, si se prolonga, puede cronificarse el dolor de cabeza. El dolor miofascial está habitualmente presente en las difunciones temporomandibulares más comunes y consiste en una afección dolorosa caracterizada por dolor en áreas locales de la mandíbula, las sienes, la cara, el área preauricular o dentro del oído con la presencia de puntos gatillo. Estos puntos gatillos pueden producir un patrón característico de dolor irradiado o síntomas autónomos cuando se estimulan.

Se considera que los puntos gatillo miofaciales son una fuente de dolor periférica que contribuyen a la generalización del dolor y pueden inducir a la sensibilización central. El correcto tratamiento de los puntos trigger miofasciales puede reducir la sensibilización central.

El presente estudio tuvo como objetivo comprobar si la técnica neuromuscular y de Jones a nivel del músculo temporal en pacientes bruxistas con cefaleas episódicas y crónicas produce cambios en la extensión craneocervical. Por otro lado, se pretende comprobar si las técnicas producen cambios en el umbral de dolor a la presión en los puntos trigger de los músculos temporales. Y por último, comprobar si las técnicas en pacientes bruxistas con cefaleas episódicas y crónicas produce un aumento en la apertura vertical de la boca. Este estudio fue diseñado para evaluar la hipótesis de que las que las técnicas neuromusculares y de Jones aplicadas en forma bilateral sobre el músculo temporal, en pacientes bruxistas con cefaleas tensionales, aumentan la apertura vertical de la boca, el umbral del dolor a la presión del punto gatillo del músculo temporal y la extensión craneocervical.

MATERIAL Y MÉTODOS

Diseño del estudio

Se trató de un estudio experimental, aleatorizado, doble ciego con un evaluador independiente, previamente entrenado en las mediciones, y un grupo control. Los procedimientos utilizados para este estudio cumplen con las normas éticas de la Declaración de Helsinki y fue aprobado por el Comité ético institucional de investigación del hospital universitario San Juan de Alicante.

Población de estudio

La población del estudio fue tomada de pacientes que acudieron a distintas clínicas privadas de odontología, de quiropráctica y de osteopatía en Alicante (España). Se incluyeron en el estudio sujetos de ambos sexos que acudieron a consulta de osteopatía y quiropráctica y a la clínica dental en Alicante diagnosticados de bruxismo y cefaleas tensionales episódicas y crónicas según los criterios de IHS, con edades comprendidas entre los 18 y 60 años y que firmaron el documento de consentimiento informado para participar en el estudio.

Se excluyeron pacientes que hubieron recibido tratamiento osteopático al menos 1 mes antes del estudio y tratamiento médico al menos 2 semanas antes del estudio, que presentaban traumatismos y/o fracturas del cráneo, macizo facial o de la mandíbula en el año previo a la realización del estudio, cirugías del cráneo, macizo facial o de la mandíbula en los seis meses previos al estudio, lesiones reumáticas, osteítis, tumores y metástasis, patologías neurológicas centrales o periféricas, enfermedades inflamatorias o infecciosas agudas, alteraciones centrales o locales de la sensibilidad. Finalmente participaron en el estudio 52 pacientes. Todos ellos fueron informados de la realización del estudio a partir de un planteamiento inicial que les fue presentado de la misma manera.

Aleatorización

La asignación de los pacientes al grupo intervención y grupo control se efectuó mediante sobres cerrados.

Esta asignación permaneció oculta al evaluador. De la misma forma, los pacientes desconocían el número de grupos de comparación, así como los tratamientos a comparar.

Protocolo del estudio

En todos los sujetos se llevó a cabo el mismo procedimiento. Primeramente, el sujeto recibió la hoja de información del estudio, firmó el consentimiento informado y se inició la recogida de datos, donde se verificaron los criterios de inclusión y exclusión. A continuación, el evaluador externo cegado realizó las mediciones pre-intervención de todas las variables. Todas las medidas se tomaron tres veces para luego sacar la medida de las mismas. En el grupo experimental el investigador realizó la técnica neuromuscular y la técnica de Jones para el músculo temporal.

A continuación, el evaluador externo cegado tomó las medidas post-intervención 1, inmediatamente tras la realización de las técnicas. El evaluador externo cegado tomó las medidas post-intervención, transcurridos tres días tras la realización de la técnica. Para el grupo control se siguió el mismo proceso, sustituyéndose tan sólo el paso de la aplicación de las técnicas de tratamiento por una maniobra control.

Evaluaciones

Se recogieron datos correspondientes a edad, género, peso, altura, lado evaluado del músculo temporal y el grupo de tratamiento. La movilidad en extensión craneocervical se evaluó con un goniómetro 66-FIT, mientras que los umbrales de dolor a la presión de los músculos temporales derecho e izquierdo se midieron con un algómetro Baseline 12-0304. En cuanto al registro de la apertura vertical de la boca, se efectuó con pie de rey Vernier Caliper Digital, modelo ZDY-036. Todas estas variables se evaluaron pre intervención, post-intervención, inmediatamente tras la realización de las técnicas y post-intervención, transcurrido tres días tras la última intervención.

Intervenciones aplicadas

Se aplicaron la técnica neuromuscular y la técnica de Jones para el músculo temporal. La técnica neuromuscular, con el objetivo de inhibir los espasmos de los músculos temporales, se ejerció con el paciente en posición supina y el terapeuta sentado en la cabecera de la camilla.

Una mano del terapeuta aplicó presión a la inserción del músculo temporal. La otra mano entró en contacto con el vientre del músculo temporal con la punta del pulgar extendida. A continuación, se realizó un masaje lento y profundo en deslizamiento longitudinal del pulgar a lo largo del músculo temporal. Se realizaron tres trazos sobre el músculo. La técnica de Jones, con el objetivo de suprimir la hiperactividad gamma del músculo temporal, se realizó con el paciente en posición supina y el terapeuta sentado en la cabecera de la

camilla. Para el músculo temporal izquierdo, por ejemplo, la mano izquierdadel terapeuta localizó con el dedo índice el punto de activación del músculo temporal izquierdo. La mano derecha se colocó en el lado derecho de la cara del paciente y agarró la barbilla con los dedos. Para comenzar, el dedo medio de la mano izquierda aplicó presión sobre el punto sensible del músculo temporal izquierdo, lo que a su vez provocó dolor. En segundo lugar, la mano derecha fijó lacara anterior de la mandíbula, abrió la boca y creó un estiramiento lateral de la mandíbula hacia la derecha hasta que desapareció el dolor del punto gatillo. Esta posición se mantuvo durante 90 segundos.

Luego, la mandíbula se llevó lentamente a la posición neutral. Para el músculo temporal derecho, el procedimiento se llevo a cabo de la misma forma cambiando la lateralidad de los contactos.

Para el grupo de control, se siguieron los mismos pasos que en el grupo experimental, solo que el investigador aplicó un tratamiento simulado sosteniendo el huesooccipital durante dos minutos mientras estaba sentado en la cabecera de la mesa, tiempo equivalente estimado para realizar las técnicas neuromusculares y Jones.

Análisis estadístico

El cálculo del tamaño muestral se realizó aceptando un riesgo alfa de 0,05 y un riesgo beta de 0,2 en un contraste bilateral, precisándose 24 sujetos en el primer grupo y 24 en el segundo para detectar una diferencia igual o superior a 0,77 unidades en la variable umbral de dolor a la presión en el punto gatillo del temporal. Se asumió que la desviación estándar común es de 0,9. Se ha estimado una tasa de pérdidas de seguimiento del 10%.

El análisis estadístico se realizó utilizando el programa SPSS versión 25.0. Se llevó a cabo un análisis descriptivo de las variables de estudio. Se presentaron los resultados cuantitativos a través de media y desviación estándar para aquellas que cumplían el criterio de normalidad y para aquellas que no lo cumplían, los cuartiles. Para establecer la normalidad de las variables, se aplicó el test de Shapiro-Wilks; y el de Lèvene para la homogeneidad de varianzas para variables cuantitativas y la prueba de Chi-cuadrado para variables nominales. En distribuciones normales, para analizar las distintas mediciones realizadas a los sujetos se utilizó la prueba de medidas repetidas. En distribuciones que no cumplían la normalidad se utilizó la prueba no paramétrica de Kruskal Wallis. Para analizar las correlaciones entre las variables dependientes de las independientes, se utilizó el estadístico de Pearson para aquellas variables que cumplían el criterio de normalidad y el de Spearman para aquellas que no lo cumplían. Y por último, para analizar si existían diferencias entre sexos, se utilizó la T-Student para variables con distribución normal y la U de Mann-Whitney para aquellas cuya distribución no cumplía la normalidad.

RESULTADOS

Los grupos fueron comparables entre sí en todas las variables al inicio del estudio (p > 0,05 en todos los casos). La edad media del total de los sujetos participantes fue de 41,87 años (DT = 9,10). Por su parte, la edad media del Grupo A (Intervención) fue de 41,12 años (DT = 9,48) y la del Grupo B (Control) fue de 42,62 años (DT = 8,82).

La altura media del total de los sujetos participantes fue de 169,62 cm (DT = 5,66). Por su parte, la talla media del Grupo A fue de 169,46 cm (DT = 6,22) y la del Grupo B fue de 169,77 cm (DT = 5,15). El índice de masa corporal del Grupo A de media fue 27,14 (DT = 0,61), mientras que la del Grupo B fue de 26,84 (DT = 0,65). El número total de mujeres participantes fue de 31 (59,6%), perteneciendo 14 de ellas al Grupo Intervención y 17 al Grupo Control; y el de hombres fue de 21 (40,4%), formando parte del Grupo Intervención 12 y del Grupo Control 9.

El análisis de normalidad mostró que todas las variables eran normales a excepción del umbral de dolor a la presión en el punto gatillo del temporal en todos los momentos de medición (p < 0,001).

En el análisis inferencial, se encontró una mejora significativa del grupo experimental frente al grupo control para la apertura activa de la boca en ambos momentos post-tratamiento (p<0,001). Igualmente, para el rango de movimiento de la extensión craneocervical, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la medición post-intervención n inmediata (p<0,001) y a los 3 (p=0,002). Por último, en cuanto al umbral del dolor a la presión en el punto gatillo del temporal, se encontraron también diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos en los dos momentos de medición tras la intervención (p<0,001).

DISCUSIÓN

Varios estudios muestran los beneficios del tratamiento osteopático en pacientes con disfunciones temporomandibulares y cefaleas tensionales. No todos hacen referencia específica a la musculatura temporal y la relación con cefaleas tensionales, pero se muestran efectos similares para justificar la mejora de la sintomatología que se produce en este estudio. La técnica de anclaje miofascial aplicada bilateralmente a nivel de los maseteros produjo un aumento de la apertura vertical de la boca y disminución de la percepción dolorosa en pacientes con bruxismo.

Sin embargo, en este mismo estudio, la técnica de energía muscular no mostró cambios estadísticamente significativos. A pesar de que el diseño y las técnicas utilizadas en nuestro estudio no coincidían con los de éste, se puede constatar que los resultados obtenidos tras la intervención de la técnica anclaje miofascial en cuanto a la variable apertura bucal se asemejan notablemente. En otro estudio previo, se evaluó los efectos de las técnicas de Jones y Neuromuscular aplicadas sobre el músculo masetero y se registró datos significativos para la algometría en el punto gatillo del masetero para ambas técnicas, así como un efecto en la apertura de la boca para Jones y en proyección hacia delante de la mandíbula para la terapia neuromuscular, parámetro que en ese estudio no se evaluó. Cabe destacar que en dicho estudio se dividió a los pacientes en un grupo control, grupo Jones y grupo de terapia neuromuscular, mientras que en nuestro estudio se dividió a los pacientes en dos grupos. Su análisis mostró diferencias estadísticamente significativas en las tres variables entre los tres grupos, sin embargo, en el análisis apareado por grupos, el dolor a la presión no mostró diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de terapia neuromuscular y Jones. Para medir la percepción dolorosa utilizaron la escala visual analógica, evaluación que no se realizó en este estudio.

En otro estudio se evaluó la apertura vertical de la boca y la fuerza de la mordida, aplicando las técnicas de energía muscular y de Jones. Se obtuvieron efectos inmediatos en la apertura vertical de la boca tras la aplicación de un solo tratamiento sobre los puntos gatillo de los maseteros mediante la técnica neuromuscular y la técnica de Jones. El presente estudio confirma que los resultados después de usar la técnica de Jones son significativamente similares en términos de apertura de la boca.

Otros autores han observado una mejora de la cefalea tensional con el tratamiento de las disfunciones temporomandibulares. La muestra fue conformada por 154 sujetos que fueron distribuidos en un grupo diagnosticado con cefaleas tensionales y otro grupo que no sufría de cefaleas tensionales. Por su parte, Mejías López evaluó los resultados obtenidos tras el abordaje osteopático global de sujetos con disfunción temporomandibular. Se produjo un aumento significativo del umbral del dolor a la presión en el masetero y en el temporal, así como un aumento de la abertura bucal. Tras la aplicación de diferentes técnicas osteopáticas, tanto a nivel local como a distancia, los sujetos manifestaron al final del tratamiento una desaparición total de los síntomas dolorosos presentes en la ATM, ausencia de dolor en la apertura bucal y una desaparición o mejoría en otras patologías como el dolor de cabeza.

Hay varios estudios que relacionan la cefalea tensional con puntos miofasciales activos a nivel craneocervical y de la articulación temporomandibular. Uno de ellos, mostró que los puntos miofasciales activos craneocervicales desencadenan o mantienen cefaleas tensionales y que anormalidades de la postura o la movilidad cervical pueden ser el resultado de un dolor de cabeza crónico. Se identificaron puntos gatillo miofasciales en los músculos trapecio superior, esternocleidomastoideo, temporal y suboccipital. Por otra parte, otra investigación evaluó la presencia de puntos gatillo miofasciales en la musculatura suboccipital y anteposición de la cabeza en pacientes con cefaleas tensionales. Los resultados mostraron que los puntos gatillo activos a nivel suboccipital y la postura de la cabeza hacia adelante se asociaron con dolores de cabeza.

Limitaciones del estudio

Sólo se aplicaron dos técnicas, por lo que un tratamiento más completo podría arrojar cambios incluso superiores. El tiempo de seguimiento es de sólo 3 días, por lo que seguimientos más prolongados hubieran arrojado datos más interesantes.

CONCLUSIONES

Atendiendo a los resultados del estudio se puede concluir que las técnicas neuromusculares y de Jones aplicadas sobre el músculo temporal, en pacientes bruxistas con cefaleas tensionales episódicas y crónicas produce un aumento del umbral del dolor a la presión del punto gatillo del músculo temporal, así como un aumento de la movilidad de la apertura bucal y un aumento de la extensión craneocervical. Los resultados obtenidos muestran que ambas técnicas prolongaron su efecto varios días después de su aplicación y, por lo tanto, se puede finalizar diciendo que son una herramienta útil para el tratamiento del músculo temporal en pacientes bruxistas con cefaleas tensionales.

 

RECUERDEN;

Dentro de la osteopatía no entendemos de enfermedades ni lesiones como tal y por tanto no las tratamos, de lo que hablamos es de alteraciones estructurales o problemas de restricciones de movilidad o funcionales en el cuerpo que son las bases de la Osteopatía y este no es un caso distinto a otros tantos en los que ayudamos a la gente con sus problemas.

Un estudio biomecánico profundo por parte del Osteópata, podrá determinar el origen de dicho dolor, y aplicando las correcciones osteopáticas oportunas, eliminar o mitigar los dolores en el peor de los casos, siempre que la estructura sea el origen de la causa.

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