lunes, 12 de septiembre de 2022

LA INCONTINENCIA URINARIA: CÓMO PREVENIRLA Y REVERTIRLA.


 

Rosa Guerrero Naturópata

La incontinencia urinaria en mujeres y hombres se puede revertir. El tratamiento natural pasa por mejorar hábitos, asegurarse ciertos nutrientes y hacer ejercicios.

¿QUÉ ES LA INCONTINENCIA URINARIA?

La incontinencia urinaria se define como "la pérdida involuntaria de orina durante el día o la noche". Se trata de una situación incómoda que a veces causa vergüenza, interrumpe el descanso nocturno, interfiere en la vida social y laboral, y obliga a una higiene extrema. Afecta más a las mujeres, pero los hombres también la padecen. ¿Por qué ocurre? ¿Qué causas la propician?

TIPOS DE INCONTINENCIA URINARIA

Existen tres tipos de incontinencia urinaria:

Incontinencia urinaria de esfuerzo. Se produce una pérdida de orina al reír, toser, saltar, estornudar o hacer ejercicio. Representa el 25% de los casos.

Incontinencia urinaria de urgencia. La micción resulta urgente e imperiosa y se produce una pérdida involuntaria de orina antes de llegar al baño. La padecen el 20% de los afectados.

Incontinencia urinaria mixta. Es el tipo más frecuente y asocia síntomas de las dos anteriores.

QUÉ CAUSA LA INCONTINENCIA

La edad de inicio de la incontinencia urinaria se encuentra entre los 30 y 50 años, con una prevalencia de cuatro mujeres por cada hombre.

La incontinencia urinaria aumenta con la edad, el número de embarazos, el tipo de partos, y con la menopausia. En los hombres es más frecuente la incontinencia de esfuerzo como consecuencia de la hiperplasia de próstata o como secuela tras una intervención quirúrgica.

 

1. DEBILITAMIENTO DE LOS MÚSCULOS

La causa directa de la incontinencia es el debilitamiento de los tejidos implicados en contener y liberar la orina: vejiga, esfínteres, uretra y suelo pélvico.

La musculatura abdominal junto con el suelo pélvico se encarga de amortiguar y canalizar las presiones derivadas de los continuos gestos y esfuerzos que realizamos en la vida diaria. A veces, se produce un aumento de presión de forma inadecuada y repetitiva, lo que a la larga debilita este sistema de amortiguación.

Esto puede llevar a perder cierta cantidad de orina al toser, estornudar, levantar un peso, correr, etc. Las causas orgánicas de este trastorno son:

Un daño estructural del tejido que sujeta los órganos internos: fascias, ligamentos y tejido conjuntivo. Se genera hipermovilidad y prolapso de los órganos pélvicos.

Fallo en el control motor. A veces la estructura está bien pero, ante un esfuerzo, la musculatura no responde adecuadamente por pérdida de la contracción refleja, falta de propiocepción, inestabilidad de la zona (habitual cuando hay pinzamientos o hernias discales) o falta de sincronización entre los músculos del suelo pélvico y del abdomen.

Fuerza y tono inadecuados. Cuando hay una disminución del tono muscular por laxitud, retracción del tejido (cicatrices, episiotomía...), etc. también se genera una reacción muscular ineficaz.

Hiperpresión abdominal crónica. Algunas condiciones como la obesidad, embarazos múltiples, tos crónica o estreñimiento pueden dar lugar a incontinencias urinarias.

2. RETENER LA ORINA MUCHO TIEMPO FAVORECE LA INCONTINENCIA

Otra causa habitual que puede llevar a la incontinencia es por "rebosamiento", es decir, la vejiga se llena y ante tanta presión interna el esfínter no resiste y la orina acaba saliendo: aguantarse la micción de forma habitual debilita la capacidad de retención esfinteriana, así como la sujeción del suelo pélvico. Como todos los músculos del cuerpo, cuando "se agotan" resultan ineficaces.

Muchas mujeres, incluso jóvenes, llegan a desarrollar este problema después de prolongados periodos de tiempo en que, por causas laborales, no pueden ir a orinar más que al cabo de muchas horas: dependientas, trabajadoras en cadenas de montaje, recepcionistas, etc.

3. CÓMO INFLUYEN LOS CAMBIOS HORMONALES

Se ha comprobado que la incontinencia urinaria puede relacionarse con los cambios hormonales en estrógenos y testosterona que sobrevienen con la menopausia.

Parece ser que un insuficiente nivel de estrógenos puede favorecer la atrofia de la uretra, mientras que los niveles disminuidos de testosterona favorecen un debilitamiento del suelo pélvico. Un artículo publicado en la revista Ostomy Wound Manage en 1998 relaciona el hipoestrogenismo en la mujer menopáusica con el envejecimiento urogenital; sin embargo, concluye que la terapia con estrógenos tiene un efecto limitado en el tratamiento de los problemas de incontinencia derivados del prolapso urogenital.

Otro estudio, publicado en la revista Climacteric en 2009 confirma la sensibilidad del tracto urinario inferior a los efectos de los estrógenos, así como la frecuente aparición de la incontinencia urinaria de esfuerzo y de urgencia después de la menopausia. Pero, al igual que diversos estudios publicados sobre esta cuestión, concluye que no es adecuado tratar la incontinencia urinaria con terapia de reemplazo hormonal.

En las mujeres, la conversión de testosterona a estradiol –un tipo de estrógeno— está catalizada por la enzima aromatasa. Modular la función de dicha enzima puede ayudar a tener los niveles de testosterona necesarios para mantener la fortaleza del suelo pélvico.

TRATAMIENTO NATURAL DE LA INCONTINENCIA

La incontinencia urinaria puede abordarse desde diferentes perspectivas y conviene buscar al profesional adecuado.

Al mismo tiempo, algunos hábitos y suplementos nutricionales pueden ser de ayuda a la hora de prevenir y revertir la incontinencia urinaria.

1. HÁBITOS QUE AYUDAN

Es importante acostumbrarse a orinar con frecuencia y no esperar a sentir la urgencia de tener que vaciar la vejiga.

Si padeces incontinencia nocturna, no bebas ni tomes alimentos con gran contenido de agua desde unas tres horas antes de ir a dormir. Así evitarás los despertares nocturnos que interrumpen el sueño y que a medio plazo acarrean problemas de irritabilidad, nerviosismo, cefaleas, pérdida de memoria, debilidad, bajas defensas, etc.

Evita la cafeína y los refrescos de cola, pues estimulan la diuresis. El alcohol tampoco es aconsejable, pues falsea la necesidad de orinar.

Evita el estreñimiento que, además de ejercer presión abdominal, supone un aumento de la eliminación de líquidos vía urinaria por mayor absorción intestinal del agua.

Usa ropa adecuada: evita las prendas muy ajustadas o poco protectoras de la zona abdominal y lumbar.

2. EJERCICIO MODERADO Y EJERCICIOS PARA EL SUELO PÉLVICO

Para la incontinencia urinaria es aconsejable hacer ejercicio moderado, pero es importante tener en cuenta algunos aspectos durante el ejercicio para evitar perjudicar al suelo pélvico, como no realizar grandes saltos ni esfuerzos abdominales.

También es importante realizar ejercicios adecuados para fortalecer el suelo pélvico durante el embarazo y después del parto, de forma preventiva, o realizarlos para recuperar el tono del suelo pélvico cuando su debilitamiento sea la causa de la incontinencia urinaria.

3. ALIMENTOS Y SUPLEMENTOS QUE PUEDEN AYUDAR

Algunos suplementos pueden ayudarte a fortalecer la musculatura, controlar el reflejo nervioso y modular las hormonas:

Magnesio y vitamina B6. El magnesio contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso, de músculos y nervios, mientras que la vitamina B6 mantiene una función neurológica normal. Incorpora a tu dieta alimentos ricos en estos dos nutrientes: hortalizas de hoja verde, tomates, frutos secos, avena, legumbres, etc. La toma de un suplemento diario que contenga 300 mg de magnesio y 3 mg de B6 puede ser de ayuda cuando el origen de la incontinencia es de tipo nervioso.

Semillas de calabaza. Contienen lignanos, una sustancia que mejora la actividad enzimática en las mujeres y la salud del sistema urinario gracias a su actividad fitoestrogénica. El extracto de semillas de calabaza modula la enzima aromatasa que cataliza la conversión de testosterona en estradiol y ayuda a mantener los niveles hormonales que aseguran la fortaleza del suelo pélvico.

Colágeno y silicio orgánico. Otorgan resistencia y fuerza al tejido conjuntivo, músculos y tendones, estructuras básicas de sostén de los órganos internos. Se puede estimular la producción de colágeno con la dieta y tomar en complementos que aporten ambos nutrientes o por separado. Dosis: 10 mg diarios de colágeno y 30 mg de silicio.

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