martes, 2 de agosto de 2022

LA ENFERMEDAD DE LA BOFETADA

 



Por el Dr. Jorge Manresa

Con este nombre tan descriptivo de “enfermedad de la bofetada” se conoce coloquialmente a una enfermedad infantil producida por un virus cuyo síntoma inicial más evidente, hace que nuestro hijo presente unas mejillas enrojecidas como si hubiera recibido un bofetón o cachete.

En este artículo vamos a descubrir a que se debe esta enfermedad, como se manifiesta, cual es su tratamiento y si los medicamentos homeopáticos pueden ser de utilidad a la hora de tratarla.

Quién la produce

El megaloeritema o eritema infeccioso, también llamado “quinta enfermedad” por qué solía encontrarse en quinto lugar en el listado de patologías que causan erupciones cutáneas infantiles (sarampión, rubeola, varicela…), es una patología infecciosa, benigna pero contagiosa, que está producida por un virus, el parvovirus B19.

El parvovirus B19 es un virus exclusivamente humano muy contagioso. Para aquellos que tienen mascotas una curiosidad. El B19 es un parvovirus diferente del que afecta a perros y gatos, por lo que no es posible el contagio de animal a humano y viceversa.

Se presenta principalmente a los niños en edad preescolar o escolar, aunque puede aparecer a cualquier edad y preferentemente en primavera. Se calcula que la mitad de los adultos han pasado la infección por este virus, pero la mayoría de ellos no lo recuerdan. Aproximadamente el 20% de las personas que se contagian por el virus no presentan síntomas.

Se contagia fundamentalmente como ya conocemos de los virus respiratorios, por contacto con las secreciones procedentes de la nariz, boca o garganta de una persona infectada debido a las ahora conocidas por todos gotitas que se expelen al hablar, toser o estornudar. También se puede adquirir por compartir vasos o cubiertos.

El contagio es más fácil en el período de incubación que suele ser de unos 15 días de media o bien durante el período de catarro. Y como estamos tan informados de las posibilidades de contagio con el Covid 19, saber que la posibilidad de contagiarnos tras un contacto es del 50 % y que una vez que noscontagiemos con el parvovirus B19, adquirimos inmunidad permanente contra él.

Para esta enfermedad no existe vacuna.

Cómo se manifiesta

Tanto durante el período de incubación, que puede durar hasta mes y medio, como en el período catarral en el que los síntomas suelen ser muy leves e inespecíficos, del tipo de un suave catarro, dolor de cabeza, malestar general y a veces febrícula, es cuando es contagioso. Los adolescentes y adultos pueden tener dolores articulares.  

Posteriormente se van atenuando los síntomas generales y aparece una erupción típica en ambas mejillas de color rojo brillante, con el aspecto de haber recibido una bofetada o cachete. Este momento y los días posteriores es cuando el pediatra puede hacer el diagnóstico ya que los síntomas anteriores son muy inespecíficos.

Estas lesiones se suelen extender a las extremidades, el tronco y las nalgas; son rojas, no elevadas y con disposición de aspecto de red, de encaje, como parches. No suele aparecer en las palmas de las manos ni plantas de los pies. El picor, si existe, suele ser leve y el niño en esta fase ya suele encontrarse bien de los síntomas iniciales.

La erupción cutánea, que desaparece simplemente al presionarla, suele durar entre 1-2 semanas, pero para no llevarnos sustos debemos saber que, en ocasiones tras extinguirse, reaparece de forma intermitente durante varias semanas ante la exposición a determinados factores como el calor o el sol.

Cómo se diagnostica

El diagnóstico es en la consulta del pediatra después de una valoración de los síntomas y de las características de la erupción. Salvo alguna situación particular de la que hablaré más adelante, no son necesarios exámenes complementarios.

Cómo se trata

Dada la levedad de los síntomas el tratamiento, si es que se precisa, suele limitarse a la toma de paracetamol para la febrícula o malestar general y un antihistamínico si el picor, no siempre presente, es molesto.

Puede el niño ir al colegio

Como os he comentado, el período de incubación seguido de síntomas catarrales inespecíficos antes de que aparezca la erupción, es el momento en que se puede producir el contagio a otras personas. Tras aparecer la erupción en la piel, se considera

que la enfermedad ya no es contagiosa y el niño puede acudir al colegio si se encuentra bien, siempre tras haber sido valorado por el pediatra.

Dado lo inespecífico de los síntomas iniciales, es difícil controlar la aparición de un brote en el ámbito escolar por lo que se suelen ver en la consulta varios casos durante un mismo período de tiempo.

Aunque se trata de una enfermedad fundamentalmente leve hay personas con enfermedades de base especialmente las inmunodeprimidas en las que producir problemas más serios de salud y en los que se requiere una vigilancia, eventuales exploraciones complementarias y tratamiento.

Es muy importante que los niños enfermos por este virus no tengan contacto con mujeres embarazadas, ya que pueden producirse problemas en el feto e incluso abortos si el contagio se produce durante el primer trimestre.  

Como ya deberíamos haber interiorizado, medidas higiénicas como el lavado frecuente de manos, taparse cuando vamos a toser o estornudar y mantener cierta distancia ante una persona acatarrada, son medidas que disminuirían las posibilidades de contagio de esta y otras muchas enfermedades respiratorias.

Puedo utilizar medicamentos homeopáticos para tratar esta enfermedad

Ya hemos visto que el tratamiento, si se precisa, suele ser leve y de corta duración.

Hay varios medicamentos homeopáticos que nos permitirían tratar tanto los síntomas del período catarral como la erupción cutánea y el picor. Ferrum phosphoricum, Belladona, Rhus toxicodendron o Histaminum son algunos ejemplos de medicamentos útiles para tratar de manera natural las posibles molestias que puedan presentarse.

En cualquier caso, como siempre, lo mejor, aunque difícil en este caso, es la prevención.

Ya saben. Si esta primavera su hijo se despierta una mañana con las mejillas muy rojas después de haber estado acatarrado, lo más probable es que nadie le haya dado un cachete y que se trate de la quinta enfermedad. 

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