Introducción: La fibromialgia es una patología caracterizada por impotencia funcional, dolores difusos generalizados y alteraciones psicológicas como depresión, ansiedad, miedo y trastornos del sueño que afecta a un elevado número de pacientes, mayoritariamente mujeres, y que muestra poco éxito únicamente ante el tratamiento farmacológico.
Objetivos: Determinar la efectividad de la osteopatia en la mejoría de la funcionalidad y la calidad de vida de pacientes con fibromialgia.
Material y métodos: Se seleccionaron mayoritariamente ensayos clínicos aleatorizados sobre la efectividad del tratamiento osteopático en adultos con fibromialgia, publicados entre el año 2000 y 2020. Las escalas empleades para evaluar la calidad de los artículos fueron PEDro y SIGN. Las bases de datos usadas fueron Pubmed, Web of Science, Dialnet y Scielo. Los datos extraídos de los estudios giraron en torno a la idoneidad de los tratamientos que permite el abordaje osteopático.
Resultados: Se obtuvieron 11 artículos que evidencian que la osteopatía contribuye en la mejoría del dolor, la ansiedad, la depresión, el sueño y el miedo, así como a disminuir la presión arterial y, como consecuencia de esta amplia y multifactorial contribución, los pacientes con fibromialgia consiguen un efecto positivo en el desempeño de sus actividades de la vida diaria; resultando también una pieza importante a incluir en este puzle el ejercicio terapéutico.
Conclusiones: La osteopatía contribuye a reducir el dolor y a mejorar la calidad de vida de personas diagnosticadas de fibromialgia, siendo mayor el éxito dentro de un enfoque multidisciplinar; y necesarias más investigaciones acerca de esta cuestión.
INTRODUCCIÓN
La fibromialgia es una enfermedad que cursa con dolor generalizado muscular y en el tejido fibroso (tendones y ligamentos), así como sensación de dolor al pressionar determinados puntos corporales. Dicho dolor parece originarse en las articulaciones, pero no se trata de una patología articular. De manera general, los pacientes que la sufren refieren un dolor percibido ante estímulos que generalmente no causan dolor. Esta sensación de dolor suele estar acompañada de rigidez, molestia o quemazón que se liga a otros síntomas físicos o fisiológicos, como el cansancio (aparece en el 90% de los pacientes), los trastornos del sueño (presentes en más del 70% de los pacientes) o la ansiedad y depresión (en un 25% de los casos).
Actualmente no se han identificado las causas de esta enfermedad, pero se apunta a diversos factores implicados; esto se debe a que puede observarse su aparición después de circunstancias tan diversas como una infección vírica o bacteriana, un accidente de tráfico o tras la remisión de una patología conocida.
Todas estas situacions parecen activar la patología que ya se encontraba latente en la persona. Pese al desconocimiento de su origen, es una patología relativamente frecuente, pues se detecta en entre el 2% y el 6% de los individuos, mayoritariamente en mujeres ; pero estos valores difieren también en función del continente en el que se analicen, siendo la prevalencia superior en América (con un 3.1%), mientras en Asia se encuentran los niveles más bajos (1.4%) de la patología.
Respecto al sexo, la prevalencia puede reflejarse en un 4.2% para el género femenino en comparación con el 1.4% en el masculino.
La evaluación del nivel de dolor y otros síntomas que caracterizan a esta patología se valora a través de dos escalas, la escala de gravedad de síntomas (Symptom Severity Score, SS-Score) y el índice de dolor generalizado (Widespread Pain Index, WPI), que permite diagnosticar a un paciente como tal si se cumplen las tres condiciones siguientes: El WPI es igual o superior a siete y el SS-Score es igual o superior a cinco; o bien el WPI se encuentra entre 3 y 6 y el SS-Score es igual o superior a nueve. Los síntomas se presentan con intensidad estable durante por lo menos tres meses. El paciente no muestra otra patología que pueda explicar el dolor que percibe.
No obstante, en la actualidad no se dispone de pruebas diagnósticas recomendadas, al no conocerse biomarcadores disponibles para valorar la patología; por ello, su diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente y las evaluaciones físicas, así como en el descarte de otras patologías que cursen con sintomatología similar. Por último, Giesecke, clasifica a los pacientes en función de tres dominios fundamentales: el ánimo, los aspectos cognitivos y las variables biológicas, dividiéndolos también en tres grupos, encuadrando en un primer grupo a pacientes con unos valores moderados de depresión y ansiedad, moderados de catastrofismo y de control del dolor, y baja hiperalgesia o sensibilidad al dolor; un segundo grupo donde los valores de depresión y ansiedad son elevados, los de catastrofismo son más elevados y los de control percibido sobre el dolor más bajos, y los de hiperalgesia más altos; y un tercer y último grupo en elque los niveles de depresión y ansiedad son normales, muy bajos los de catastrofismo y más elevado el control del dolor, y una elevada hiperalgesia y sensibilidad al dolor.
Teniendo en cuenta esta clasificación, así como otras posibles herramientas de análisis de la gravedad de un paciente, son diversos los autores que indagan acerca de la eficacia de los actuales tratamientos disponibles. En estalínea, pueden distinguirse intervenciones farmacológicas, sustentadas fundamentalmente en la administración de antidepresivos (como la amitriptilina, la ciclobenzaprina, la duloxetina, el milnaciprán, la fuoxetina y otros inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina); también pueden implementarse fármacos como los inhibidores de la monoamino-oxidasa (IMAO), antiepilépticos1, analgésicos (fundamentalmente tramadol y paracetamol), antiinflamatorios no esteroideos (AINE), glucocorticoides y otros fármacos (lidocaína, opioides, etc.).
Sin embargo, no todos los fármacos que se utilizan han demostrado tener efectos positivos en la remisión de los síntomas de los pacientes, por lo que se implementan también intervenciones no farmacológicas, como las siguientes: terapia psicológica (terapia cognitivo conductual, mindfulness, terapias de relajación, biofeedback e intervenciones educacionales), ejercicio físico, actividad física en piscina de agua caliente o tratamientos multidisciplinares y combinados; también se ha utilizado la acupuntura (pese a que no existan evidencias suficientes a su favor), terapias alternativas (entre las que destacan resultados positivos consistentes con taichí, yoga, o meditación); por último, la quiropraxia y los masajes ha mostrado una leve mejoría de los síntomas (dolor, fatiga, rigidez, ansiedad o depresión).
En este contexto, la osteopatía se describe como una de las potenciales estrategias no farmacológicas a través de las cuales poder mejorar la calidad de vida del paciente.
Se define la osteopatía como aquella ciencia que estudia al hombre de manera global, en su totalidad, com prendiendo el funcionamiento de un individuo como el equilibrio o armonía de su esqueleto y sus órganos y la patología como “la perturbación de los tejidos”. Dicha perturbación conlleva una disfunción en los órganos y, por tanto, en el organismo de un individuo, alterando su salud.
El objetivo de esta investigación fue anlizar los efectos de la osteopatía como tratamiento para pacientes diagnosticados de fibromialgia.
MATERIAL Y MÉTODOS.
Estrategia de búsqueda.
Para llevar a cabo este estudio se consultaron diverses bases de datos tales como Pubmed, Web of Science, Dialnet y Scielo en el periodo 2000-2020. La búsqueda se realizó utilizando las palabras clave: Fibromyalgia, Osteopathy, Effects, Benefits, Treatment, Spinal manipulation, Osteopathic medicine, Osteopathic treatment, Osteopathic manipulation y Musculoskeletal manipulation; que se combinaron utilizando los operadores booleanos AND y OR.
Criterios de selección
Para la selección de los artículos recuperados se tuvo en cuenta que el idioma de redacción fuese el español o el inglés, que los participantes del estudio fueran sujetos adultos que padeciesen fibromialgia; así como que los artículos alcanzasen una puntuación mínima de 5 en la escala PEDro y/o de 1++, 1+, 2+ o 2++ en la escala SIGN.
Extracción de datos
A partir de cada estudio seleccionado, se extrajo la información relativa al tipo de estudio del que se trata,la comparación de las variables, objetivos, la puntuación obtenida en la escala empleada para valorar su calidad metodológica y nivel de evidencia científica (PEDro y/o SIGN), las intervenciones y evaluaciones llevadesa cabo, los resultados alcanzados tras la recopilación de los datos obtenidos y las conclusiones que se desprenden de todo ello.
RESULTADOS
Los resultados encontrados ponen de manifiesto que la aplicación de técnicas osteópaticas en pacientes con fibromialgia mejora la situación de éstos, en concreto, reduciendo la percepción del dolor, los niveles de estrés y ansiedad y mejorando el descanso y la atención; además, también se mejoró el movimiento cervical de los pacientes y las actitudes que mostraban hacia el tratamiento, por lo que los resultados finales fueron más eficaces.
DISCUSIÓN
De manera general, cabe señalar que los artículos consultados en el presente trabajo tienen una naturaleza heterogénea. En esta línea, puede constatarse que a través deestos puntos de vista se facilita una comprensión integral de la patología, así como de las necesidades de los pacientes y de las posibilidades terapéuticas de las que se dispone en la actualidad; en este contexto, la interacción entre especialistas resulta esencial para el diagnóstico, valoración y tratamiento de cada paciente.
Los estudios consultados ponen de manifiesto que las principales ventajas de la osteopatía en el tratamiento integral del paciente se centran en una atención a la percepción del dolor (así, como del número de puntos de dolor y la intensidad de éste), un descenso del miedo, la ansiedad y otros aspectos psicológicos asociados a la enfermedad, calidad del sueño y un aumento de la percepción de la calidad de vida e incluso a la movilidad de las articulacione, las posturas corporales o a la actitud ante los tratamientos y la gravedad clínica.
Sin embargo, existen ciertas controversias acerca del efecto de la osteopatía sobre algunas de las variables mencionadas, puesto que autores como Edwards y Toutt refieren que la terapia manipulativa osteopática resulta eficaz ante la reducción del dolor, la ansiedad y las enfermedades psiquiátricas relacionadas, pero no resulta igual de eficaz para reducir la depresión o el miedo. Estos datos son también validados en el artículo publicado por Saracutu, quienes, no obstante, exponen que los resultados recuperados de la literatura disponible resultan esperanzadores para la inclusión de los tratamientos osteopáticos en los pacientes que refieren dolor crónico.
Además, las investigacionsmuestran que la osteopatía proporciona una mayor efectividad combinada con tratamientos farmacológicos y no farmacológicos, es decir, atendiendo de manera integral al paciente. En este caso, los medicamentos de referencia se enmarcan dentro de los antidepresivos, analgésicos, antinflamatorios y glucocorticoides.
A tenor de las controversias que se han detectado en la bibliografía consultada, varios de los autores refieren la necesidad de profundizar en este tipo de investigacions de modo que puedan garantizarse resultados consistentes. En esta línea, un aspecto que resulta interesante mencionar es la amplia variabilidad, tanto de intervenciones como de evaluaciones, que se llevan a cabo sobre los pacientes y que se describen en los artículos consultados; a modo de ejemplo, ante el dolor crónico se plantean desde estrategias de actividad física, ejercicios de relajación y meditación, estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, acupuntura o manipulación quiropráctica; también masaje con infrarrojos, técnica de inhibición neuromuscular integrada, CST y técnica de thrust a nivel cervical, terapia manipulativa osteopática y autoacondicionamiento miofascial, y también hay aproximaciones en las que se combinan medicamentos (como la gabapentina) con la medicina manipulativa osteopática o diversas modalidades de liberación miofascial.
Esta heterogeneidad pone de manifiesto las dificultades para extrapolar los resultados de cada uno de los planteamientos a un protocolo común; sin embargo, las pruebas de evaluación muestran cierta homogeneidad, puesto que se analizan, fundamentalmente, la percepción de dolor por parte del paciente, la movilidad y funcionalidad de las extremidades, la ansiedad y el miedo al ejercicio y al trabajo, así como la calidad de vida y la percepción del estado de salud general.
Algunos estudios detectan mejoras en la calidad del sueño, lo que resulta congruente con los distintos abordajes propuestos de una menor percepción de dolor, una mayor calidad de vida y mejor percepción del estado de salud general.
Resulta interesante destacar que la técnica de punción seca ha sido la única que, en comparación con las técnicas osteopáticas analizadas, ha mostrado tener una mayor eficacia en la reducción de síntomas dolorosos, en la mejora de la calidad del sueño y la calidad de vida, así como en cada uno de los parámetros relativos a la valoración de esta última.
Por ello, a la vista de los resultados, se puede afirmar que, en la actualidad, el número de estudios científicos que analizan los efectos de la osteopatía sobre la fibromialgia es escaso y, además, las evidencias y calidad que presentan no parecen suficientes. Pese a ello, los indicios pueden catalogarse como de “esperanzadores” en la práctica clínica con pacientes con dolor crónico.
Estos autores aluden a los potenciales beneficios que han demostrado en las investigaciones implementadas, a través de las cuales y, en combinación con los tratamientos farmacológicos, la osteopatía podría mejorar la evolución de dichos pacientes y permitir una reducción de los costes de tratamientos en esta patología.
Además, también refieren los beneficios al reducir la depresión, la ansiedad o el estrés y mejorar la calidad de vida.
Limitaciones del estudio
La principal limitación del estudio es inherente al número de artículos que indagan acerca de la utilización de la osteopatía en pacientes con fibromialgia, siendo aconsejable incrementar el número de investigaciones en este ámbito, con el fin de disponer de evidencias suficientemente potentes.
CONCLUSIONES
Actualmente, el diagnóstico de los pacientes con fibromialgia se centra en la historia clínica y el descarte de otras patologías, con las que puede compartir la sintomatología que cursa con dolor y reducción de calidad de vida, pudiendo tratarse tanto mediante pautas farmacológicas como no farmacológicas, aunque aconsejándose un enfoque multidisciplinar, dentro del cual el abordaje desde el ámbito de la osteopatía muestra tener efectos beneficiosos sobre la calidad de vida y del sueño de los pacientes, así como sobre la percepción del dolor y la funcionalidad, del mismo modo que actúa reduciendo los niveles de estrés, presión arterial, ansiedad, depresión y miedo.
Cabe puntualizar que, respecto a las dos últimas, existí cierta controversia en relación con los artículos consultados, puesto que no todos ellos lo definen de manera significativamente diferente respecto a los controles. En todo caso, los estudios reflejan la necesidad de replicar los datos de las investigaciones realizadas y ponen en evidencia que un mayor conocimiento acerca de las realidades que viven las personas con dolor crónico influirá positivamente en la reducción de costes en los tratamientos para hacer frente a esta patología.
RECUERDEN;
Dentro de la osteopatía no entendemos de enfermedades ni lesiones como tal y por tanto no las tratamos, de lo que hablamos es de alteraciones estructurales o problemas de restricciones de movilidad o funcionales en el cuerpo que son las bases de la Osteopatía y este no es un caso distinto a otros tantos en los que ayudamos a la gente con sus problemas.
Un estudio biomecánico profundo por parte del Osteópata, podrá determinar el origen de dicho dolor, y aplicando las correcciones osteopáticas oportunas, eliminar o mitigar los dolores en el peor de los casos, siempre que la estructura sea el origen de la causa.
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