La Osteopatía es una de las terapias naturales más usadas y reconocidas a nivel clínico. Su esencia integradora la convierte en una terapia que cura alivia y sobre todo previene la aparición de enfermedades.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera la Osteopatía “una profesión sanitaria de primera intención e independiente de otras”, es decir, que sus profesionales, los osteópatas, trabajan la salud de los pacientes y pueden ejercer sin necesidad de que el paciente venga derivado por otro profesional de la salud.
¿A qué niños puede ayudar la Osteopatía y cuáles son las afecciones frente a las que se obtienen buenos resultados? En EE.UU., patria de la Osteopatía, se exploró desde un punto de vista osteopático a 1.250 recién nacidos. Apenas un diez por ciento de los niños presentó unos trastornos claros, otro diez por ciento podría definirse como sano. ¿Qué ocurre con el ochenta por ciento restantes? Precisamente en estos últimos se centra la atención de los osteópatas; los niños que, en un sentido tradicional, no están enfermos, pero quizá “trastean” más que los otros, son más gritones, regurgitan después de comer, no pueden conciliar el sueño, siempre están resfriados, sinusitis, dolor de cabeza, estrabismos, otitis, migraña, desviación del tabique nasal, deformidades del cráneo, oclusión defectuosa, tortícolis congénita, vómitos, estreñimiento, dislexia, tardan más a dar sus primeros pasos o a andar o ambos a la vez, y un largo etc.
Las causas de estos trastornos pueden ser muy diferentes, pero en muchos casos el osteópata puede averiguar las limitaciones del movimiento en el niño, que tal vez sean la causa de los trastornos. El osteópata puede solucionar estas limitaciones en el movimiento y el resultado es a menudo asombroso. Los trastornos pueden desaparecer en muy poco tiempo.
La Osteopatía está atenta al lenguaje gestual del lactante y del niño; la observación es primordial. Se Expresa a través de la postura y la coordinación. Podemos observar, mediante sus reacciones frente a un nuevo elemento exterior, si se encuentra en un sistema defensivo (se repliega en sí mismo) o en un sistema de abertura (viene hacia nosotros, intenta comunicarse, sonríe). Para un bebé una simple mirada puede provocar alegría, o por el contrario, miedo. Las reacciones de los bebés, especialmente cuando cambian de posición, son instructivas: algunos se ponen rígidos, otros se deshacen en sonrisas y se relajan con toda confianza.
Alexander Lowen, médico y psicoterapeuta estadounidense, ya fallecido, conocido principalmente por sus estudios sobre análisis bioenergético; describe al niño como una burbuja de emociones que flota al ritmo de las emociones buenas o malas.
Cuando un osteópata trata a un niño, actúa a menudo de una manera preventiva: evita que pequeños trastornos se traduzcan en enfermedades reales. Ésta es una de las grandes ventajas de la Osteopatía.
Una de mis preguntas habituales en la entrevista con la madre del niño por el que nos consulta, es ¿cómo fue el parto, un parto largo ( donde el cráneo del bebé va ha estar mucho tiempo encajado en el orificio pélvico de la madre va a provocar un posible solapamiento de las suturas craneanas), si tuvo una vuelta de cordón umbilical al cuello (cosa que en la mayoría de veces provoca la subluxación de CO-C1), sufrimiento fetalis (cualquier elemento que pueda hacer sufrir al neonato durante el parto), si se utilizaron fórceps o ventosas para ayudar a salir en el momento del alumbramiento de la criatura, pero que pueden provocar deformidades de la cabeza (forma de pepino, abombamientos e irregularidades del cráneo), si ha nacido de nalgas con tracción de una de las extremidades inferiores que puede provocar alteraciones a nivel de la articulación de la coxofemoral, o problemas en la clavícula de bebe por tracción de uno de los brazos (en algunas ocasiones existen fracturas de dicho hueso, que se van a traducir en impotencias funcionales de dicha extremidad y de dolor al movimiento o palpación), y un largo etc.
Todas estas alteraciones que hemos comentado anteriormente, pueden traducirse en alteraciones tanto mecánicas, sensitivas, o cognitivas que deben abordarse para restablecer un estado óptimo de salud del niño.
¿Cuándo puedo visitar a mi hijo? la osteopatía es una medicina holística que te acompaña toda una vida. Yo he visitado a niños con tan solo 15 días de vida, entre una de ellos mi nieta Dalia, la flor más hermosa que Dios tiene en este jardín de la tierra juntamente con su herma Lis. No son los únicos niños que he visitado obviamente…, el motivo de consulta más frecuente es el de los cólicos del lactante, que con osteopatía tienen un resultado sorprendente por lo bien que responden al tratamiento y en uno o dos sesiones el niño da un notable cambio para alegría y consuelo de la madre.
La osteopatía infantil emplea maniobras de normalización estructurales juntamente con maniobras de osteopatía cráneo-sacral.
La Terapia Craneosacral es una técnica manual muy sutil, que ayuda a restablecer los procesos naturales de reequilibrio y curación del cuerpo. El terapeuta detecta las zonas de bloqueo o inmovilidad, que indican tensión y mal funcionamiento.
El fundador de la Terapia Craneosacral ha sido el Dr. Sutherland. Éste comprobó que los huesos del cráneo no están soldados unos con otros y realizan un movimiento o pulsación, debido a la fluctuación del líquido cefalorraquídeo, que circula desde el cráneo, por la espina dorsal y hasta el sacro.
En la sesión se liberan las tensiones y la energía que antes se usaba para mantener la contracción, debido a ello el paciente siente una relajación muy intensa relajación al mismo tiempo le permite conectar con su yo más profundo, a incrementar su vitalidad y a permitir que utilice sus recursos de autocuración.
Esta curación no solo es a nivel físico, sino emocional, se consigue estar más receptivo con el propio cuerpo, a identificar mejor los mensajes que envía, sobre todo en circunstancias de la vida que nos provocan estrés y ansiedad, como toma de decisiones pendientes, situaciones que no podemos controlar y debemos aceptar…
Además de ayudar al crecimiento personal confrontando al paciente con sus patrones de conducta y dándole herramientas que le permitan modificarlos. Este trabajo ofrece buenos resultados también para problemas inflamatorios, de alergias, dolores de tipo nervioso como migrañas, jaquecas, enfermedades psicosomáticas como neurosis, ansiedad, depresión, dolores crónicos, fibromialgia…
La terapia es muy suave y segura, es buena para todo tipo de edades, para bebés, durante el embarazo, postparto, después de una operación, personas mayores.
En los primeros meses de vida, cuando las suturas craneales son muy sensibles, es cuando esta terapia es más efectiva y sirve para prevenir problemas de psicomotricidad y cognitivos. Cada vez más matronas se interesan y se forman en esta terapia.
La terapia craneosacral es una técnica que comenzó a estudiarse a principios del siglo XX. El Dr. William G. Shuterland abordó el complejo entramado de los huesos craneales con el propósito de investigar su comportamiento y movilidad. Durante dos décadas realizó multitud de experimentos y pruebas hasta desarrollar un sistema basado en la palpación con el que podía examinar y tratar dolencias a través de los huesos del cráneo.
Posteriormente, en 1970, el cirujano Jhon E. Upledger durante una operación de cuello observó un movimiento rítmico en el tejido membranoso. Tras una labor de investigación, sobre un tema del que apenas existía documentación previa, llegó a la conclusión de
que ese pulso provenía de la duramadre espinal. Combinó así sus descubrimientos con los datos obtenidos por su antecesor en este
campo, el Dr. Shuterland; corrigiendo y modificando algunos de sus protocolos, impartió seminarios en los que mostraba algunas técnicas de evaluación y tratamiento de patologías a través de la terapia craneosacral. En 1975 y al frente de un amplio equipo de médicos, biofísicos y anatomistas, pudo demostrar científicamente el funcionamiento de esta terapia.
Espero que me halla sabido explicar con claridad aun que ha sido un vuelo de pájaro sobre lo que es la osteopatía craneosacral.
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