Las causas de estos trastornos pueden ser muy diferentes, pero en
muchos casos el osteópata puede averiguar las limitaciones del movimiento en el
niño, que tal vez sean la causa de los trastornos. El
osteópata puede solucionar estas limitaciones en el movimiento y el resultado es a
menudo asombroso. Los
trastornos pueden desaparecer en muy poco tiempo.
La Osteopatía está atenta al lenguaje gestual del lactante y del
niño; la observación es primordial. Se Expresa a través de la postura y la
coordinación. Podemos observar, mediante sus reacciones frente a un nuevo
elemento exterior, si se encuentra en un sistema defensivo (se repliega en sí
mismo) o en un sistema de abertura (viene hacia nosotros, intenta comunicarse,
sonríe). Para un bebé una simple mirada puede provocar alegría, o por el
contrario, miedo. Las reacciones de los bebés, especialmente cuando cambian de
posición, son instructivas: algunos se ponen rígidos, otros se deshacen en
sonrisas y se relajan con toda confianza.
Alexander Lowen, médico y
psicoterapeuta estadounidense, ya fallecido, conocido principalmente por sus
estudios sobre análisis bioenergético; describe al niño como una burbuja de
emociones que flota al ritmo de las emociones buenas o malas.
Cuando un osteópata trata a un niño, actúa a menudo de una manera
preventiva: evita que pequeños trastornos se traduzcan en
enfermedades reales. Ésta es una de las grandes
ventajas de la Osteopatía.
Francesc Pérez
Titulado Superior en Osteopatía
por la universidad del Escorial y
Paris
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