La combinación de vitamina E
junto con con inmunoterapia puede aumentar la eficacia en el tratamiento
inmunoterapéutico del cáncer. La vitamina favorece que las células del sistema
inmunitario ataquen a las cancerígenas.
Claudina Navarro Walter, Fisioterapeuta
y periodista y el Dr. Pablo Saz, Médico naturista. Investigador en la
Universidad de Zaragoza.
Científicos del MD Anderson
Cancer Center de la Universidad de Texas, uno de los centros de estudio del
cáncer más avanzados del mundo, han descubierto que la vitamina E puede mejorar
la respuesta de los pacientes a la inmunoterapia.
En un trabajo publicado en
Cancer Discovery se afirma que la vitamina E bloquea una proteína en las
células dendríticas del tumor y facilita la acción antitumoral de las células inmunitarias.
CÓMO AYUDA LA VITAMINA E A
LAS CÉLULAS DEFENSIVAS
El hallazgo indica un
posible nuevo enfoque terapéutico para mejorar los resultados del tratamiento
con inmunoterapia, que podría incluir la administración de vitamina E. En
palabras de la doctora Dihua Yu, "podrían desarrollarse como potentes
inmunoterapias para futuras aplicaciones clínicas".
El estudio sugiere que
muchos pacientes podrían responder positivamente a una inmunoterapia combinada
con vitamina E, pero no todos. Los investigadores advierten que hace falta más
investigación para comprender las diferencias individuales.
En su investigación, los
doctores revisaron la literatura científica sobre la relación entre la vitamina
y el cáncer.
Comprobaron que los
pacientes con melanoma que tomaron vitamina E mientras eran tratados con
inhibidores del punto de control anti-PD-1/PD-L1 (un tipo de inmunoterapia)
mejoraron significativamente la supervivencia en comparación con los pacientes
que no tomaron vitamina E ni multivitamínicos.
Este hallazgo se repitió en
una cohorte mixta independiente de pacientes con cáncer de mama, colon y riñón.
Sin embargo, los pacientes
que tomaban vitamina E mientras recibían quimioterapia no experimentaron los
mismos beneficios, lo que sugiere que los efectos positivos eran exclusivos de
la inmunoterapia.
Los hallazgos de laboratorio
muestran que el tratamiento con vitamina E podría aumentar los efectos de las
futuras vacunas contra el cáncer y las quimioterapias inmunogénicas combinadas
con inhibidores de puntos de control, incluso en un modelo de cáncer de
páncreas resistente a la inmunoterapia.
PROPIEDADES DE LA VITAMINA E
Más allá de su posible papel
en el tratamiento del cáncer, la vitamina E es un nutriente esencial con un
potente efecto antioxidante, que protege especialmente las membranas celulares
frente a la acción dañina de los radicales libres (compuestos generados por el
metabolismo celular). La vitamina E es un agente que lucha contra el deterioro
y envejecimiento celular, lo que ayuda a prevenir muchos problemas de salud.
En la alimentación, la
vitamina E se encuentra en los frutos secos, las semillas y sus aceites de
primera presión en frío. El aceite de germen de trigo y el de girasol virgen
extra en crudo es especialmente rico. Otras fuentes son las almendras, las
avellanas y los cacahuetes, el aguacate, los espárragos, los pimientos verdes,
el mango, las espinacas y los kiwis.
OTROS BENEFICIOS PARA LA
SALUD DE LA VITAMINA E
Conseguir la dosis diaria de
recomenda de vitamina E () produce una serie de beneficios para la salud:
Reduce los factores de
riesgo de enfermedades cardíacas, como tener la presión arterial alta o poseer
niveles excesivos de lípidos en la sangre, como el colesterol LDL (malo) y los
triglicéridos.
Ayuda a controlar la
dismenorrea (dolor menstrual intenso y frecuente).
Beneficia la salud de la
piel.
Puede proteger las
facultades intelectuales.
Mantiene la función
pulmonar.
Tambiém la vitamina E y los
carotenoides protegen la memoria y la concentración.
Ambos compuestos poseen
propiedades antioxidantes que contribuyen a que las neuronas se mantengan en
buen estado, lo que ayuda a conservar habilidades intelectuales como la memoria
verbal y visual o la concentración.
Investigadores de varias
universidades estadounidenses y británicas han hallado que la vitamina E y los
carotenoides (compuestos vegetales que dan color a muchos alimentos) podría
ralentizar el ritmo del deterioro cognitivo entre los adultos de mediana edad,
retrasando así la aparición de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de
demencia.
Los científicos utilizaron
la base de datos del estudio HANDLS (The Healthy Aging in Neighborhoods of
Diversity across the Life Span), iniciado en 2004, y buscaron asociaciones
entre los niveles de consumo de varios antioxidantes dietéticos
(específicamente, las vitaminas A, C y E, y carotenoides como el alfacaroteno,
betacaroteno (también conocido como provitamina A), la luteína, la zeaxantina,
la betacriptoxantina y el licopeno) y los cambios en el rendimiento cognitivo.
MEJOR MEMORIA, FLUIDEZ
VERBAL Y CAPACIDAD DE CONCENTRACIÓN
Descubrieron que se producía
una sinergia constante entre los carotenoides totales (e individuales) y la
vitamina E en relación con el rendimiento cognitivo que se manifiesta en la
memoria, la fluidez verbal, la atención, la memoria de trabajo y la función
ejecutiva.
La asociación entre licopeno
y vitamina E se asocia especialmente con una buena memoria verbal. En cambio,
el betacaroteno, la luteína y la zeaxantina se relacion con una mejor memoria
visual.
El estudio concluye que
"lLa interpretación clínica y las implicaciones de este estudio son que
una dieta rica en vitamina E y carotenoides, incluido el licopeno, puede
reducir la probabilidad de disminuciones cognitivas a corto plazo, particularmente
en el dominio de la memoria verbal".
LOS NUTRIENTES ANTIXOIDANTES
COMBATEN LOS DAÑOS DEL ESTRÉS OXIDATIVO
Los autores de la
investigación publicada en la revista Nutrients explican que el estrés
oxidativo a que se ve sometido el organismo contribuye al desarrollo de
trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y de otras
afecciones relacionadas con la edad, como las enfermedades cardiovasculares y
el cáncer.
El estrés oxidativo en el
cerebro y en el cuerpo en genral es causado por las denominadas "especies
reactivas del oxígeno" (ROS), que se forman de manera natural como
subproducto del metabolismo normal del oxígeno.
El cerebro es
particularmente vulnerable a las ROS porque representa aproximadamente el 20%
de todo el consumo de oxígeno corporal. Como consecuencia, la exposición a las
ROS puede desencadenar modificaciones genéticas desfavorables en las neuronas.
Los nutrientes y compuestos
antioxidantes que se encuentran sobre todo en los alimentos vegetales, actúan a
todos los niveles: reducen la producción de ROS y los daños que ocasionan sobre
las células, las proteínas que constituyen los tejidos y el ADN celular.
Esta protección se refleja
en los hallazgos de estudios epidemiológicos y observacionales anteriores que
han probado la relación entre alimentos como el aceite de oliva y una menor
incidencia de enfermedades mentales neurodegenerativas.
¿QUÉ ALIMENTOS PROPORCIONAN
LOS NUTRIENTES NEUROPROTECTORES?
Vitamina E: Sus principales
fuentes alimentarias son los aceites vegetales de primera presión en frío, en
especial el de germen de trigo y el de girasol. También lo proporcionan los
frutos secos, el aguacate y en menor medida las verduras de hoja verde.
Licopeno: La principal
fuente alimentaria es el tomate. Hay que tener en cuenta que su absorción mejor
cuando se cocina. Otros alimentos con licopeno son el melón, la papaya y la uva
rosada.
Betacaroteno: Se encuentra
en los alimentos de color amarillo, anaranjado, rojo y verde, como zanahorias,
calabazas, bonitatos, albaricoques o espinacas.
Zeaxantina y luteína: Son
pigmentos de color amarillo. La principal fuente dietética es la col kale (berza),
seguida de las espinacas, el perejil, los guisantes, la calabaza, el edamame,
las coles de Bruselas, los pistachos, el brócoli y los espárragos. Ambos
pigmentos son bien conocidos por su efecto protector sobre la retina. Su
consumo se asocia con una menor incidencia de la degeneración macular,
principal causa de ceguera.
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