La Osteopatía es
una de las terapias naturales más usadas y reconocidas a nivel
clínico. Su esencia integradora la convierte en una terapia que cura, alivia y
sobre todo previene la aparición de enfermedades.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera la Osteopatía “una
profesión sanitaria de primera intención e independiente de otras”, es
decir, que sus profesionales, los osteópatas, trabajan la salud de los
pacientes y pueden ejercer sin necesidad de que el paciente venga derivado por
otro profesional de la salud.
Es una medicina manual, holística
que estudia las causas de la enfermedad (disfunción), basándose en un profundo
examen anatómico, biomecánico y fisiológico, para establecer un diagnóstico
serio, seguido de unas pautas terapéuticas.
El DOLOR, es el
síntoma fundamental que suele ser el motivo de consulta. Pero no deja de ser la
luz que se enciende, que nos avisa que algo no funciona bien. Lamentablemente
se invierte mucho en tratar la sintomatología y no el origen. Cuando a quienes
nos consulta les digo que no me interesa el dolor, se sorprenden y me comentan
que ellos vinieron por el dolor. A lo que les respondo que lo que nos interesa
es su sistema en general y determinar que está funcionando mal, y que si lo
conseguimos el dolor como resultado marchará o se reducirá muchísimo.
También tenemos que decir que
todo estado alterado de salud, no se corrige en una visita, pero que el proceso
es como un tren que ha pasado por diferentes estaciones y que tendremos que
recorrerlas, pero en sentido contrario hasta la restauración completa de la
salud. Esto no se traduce muchas visitas, el concepto osteopático de
tratamiento es realizar un acompañamiento y en 4 visitas tenemos que obtener
buenos resultados.
Muchas de las personas que nos
consultan vienen con la idea de intentar mejorar sus dolores. La Osteopatía y
la Posturología, son una solución para este tipo de dolores obteniendo
resultados sorprendentes a todos los niveles (espalda, rodilla, hombros,
dolor
de cabeza, neuralgia del trigémino, migraña, rinitis, laringitis, otitis,
zumbidos del oído, disminución audición, perdida de olfato-gusto, ojos
llorosos, molestias y dolor a nivel de la articulación de la mandíbula y
maxilar (ATM), cansancio, insomnio, anomalías del comportamiento y del
aprendizaje del niño, anomalías en la estática y del movimiento, del habla,
trastornos sensitivos y sensoriales, artritis, lumbago, ciática, dolor de
espalda, tortícolis, hernias discales, protrusión discal y un largo etc.).
Es triste, por lo menos para
nosotros, cuando hablo con personas que me dicen que lo suyo no se puede hacer
nada, que su dolor es de hace mucho tiempo. Siempre les contesto lo mismo; si
no haces nada, difícilmente obtendrás resultados diferentes, olvídate de lo que
te han dicho anteriormente, y dale una oportunidad a la Osteopatía. Con
frecuencia al final del proceso escucho; “si
llego a saber que iba a mejorar tanto mis dolores hubiese venido antes”.
Francesc Pérez Borrego
Titulado Superior en Osteopatía
por la universidad del Escorial y Paris.
Posturólogo. Especializado universitario en Fitoterapia y Homeopatía por la UEMC.
Acupuntor por INESEEM y Reflexólogo.
Posturólogo. Especializado universitario en Fitoterapia y Homeopatía por la UEMC.
Acupuntor por INESEEM y Reflexólogo.
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